Cristina Peri Rossi
LA LENGUA SIN DISFRACES

La escritora uruguaya Cristina Peri Rossi ha sido galardonada con el Premio Cervantes 2021.

Nacida en Montevideo en 1941, lleva más de 50 años dedicada a la literatura y es una de las escritoras más destacadas en español. Su obra incluye una amplia variedad de trabajos narrativos, de poesía, ensayos y colección periodística que ha sido traducida a 15 lenguas.

Fue traducida a 20 idiomas, recibió múltiples premios y es considerada una referente de los feminismos. Hoy, a sus 79 años, la editorial Caballo Negro reunió su obra poética en “Detente, instante, eres tan bello”

Por primera vez se publican en Argentina textos de Cristina Peri Rossi, una omisión llamativa por lo cercano de esta escritora a nuestra cultura y lo fundamental de su obra. Según la escritora María Teresa Andruetto, permite entrar en esa “verdad del otro” que la poeta narra con en una lengua “feroz” y “sin disfraces”. Peri Rossi ya había escrito novelas y cuentos premiados (El libro de mis primos, Los museos abandonados) cuando a los 31 años, en 1972, dejó Uruguay ante el avance de las dictaduras en la región. Ya había publicado, a menos de 250 kilómetros de Buenos Aires, Evohé, su primer poemario: disruptivo, erótico, explícito y lésbico. Y ya había sido prohibida en su país cuando con el exilio llegó a Barcelona, centro editorial latinoamericano, donde aún reside. Ahí se consagró como un pilar de la literatura en castellano pero aún así tuvieron que pasar seis décadas para ser publicada en Argentina.

Algo de su poesía:

 

Amanece

Como una gata,

entre las sábanas se despereza y se despide de la almohada,

bosteza, llena de blanduras

y de cosas indolentes como brazos

y piernas extendidos.

Yo le voy dando palabras con que se vista,

le arrojo una letra como un vestido,

le largo una sílaba como sandalia

y así cubierta

de las palabras con que la he ceñido,

sale a la calle, a engañar amigos.

* * *

La pasión

Salimos del amor

como de una catástrofe aérea

Habíamos perdido la ropa

los papeles

a mí me faltaba un diente

y a ti la noción del tiempo

¿Era un año largo como un siglo

o un siglo corto como un día?

Por los muebles

por la casa

despojos rotos:

vasos fotos libros deshojados

Éramos los sobrevivientes

de un derrumbe

de un volcán

de las aguas arrebatadas

Y nos despedimos con la vaga sensación

de haber sobrevivido

aunque no sabíamos para qué.

(Ambos poemas pertenecen a “Detente, instante, eres tan bello”)

* * *

Babel bárbara

Altiva como la A (anaconda)

Balbuceante como la B (Babel bárbara)

Colérica como la C (carismática)

Dorada como la D (ditirámbica)

Elemental como la E (elegíaca)

Furibunda como la F (fáustica)

Gutural como la G (gárgola)

Hipnótica como la H (hendida)

Íntima como la I (imantada)

Jupiteriana como la J (jónica)

Lúbrica como la L (loba)

Mórbida como la M (marmórea)

Nocturna noctiluca (nacarada noche)

Opulenta como la O (ombligo y ópalo)

Quejumbrosa como la Q (quimera y quejido)

Rúnica como la R (rondadora)

Sardónica como la S (soez, soñadora)

Turbadora como la T (tañido y tambor)

Ungida como la U (umbría, ungulada)

Visceral como la V (vientre, voluta)

Yuxtapuesta como la Y (yoica)

te maldigo y te bendigo

te nombro y te fundo.

( de “Babel bárbara”)

* * *

Sálvese quien pueda

Si fui amarga fue por la pena.

El capitán gritó “Sálvese quien pueda”

y yo, sin pensarlo más, me lancé al agua,

como ávida nadadora

como si siempre hubiera estado esperando ese momento,

el momento supremo de soledad

en que nada pesa

nada queda ya

sino el deseo impostergable de vivir;

me lancé al agua, es cierto, sin mirar atrás.

De mirar quizás no me lanzara

habría vacilado mirando tus grandes ojos tristes

siniestros remordimientos me hubieran impedido ya

saltar al espacio

tocar la fría humedad del aire

el nocturno relente

y caer

como recién nacida

en la flotante superficie del bote

donde todo habría de continuar,

no se sabe adónde.

Si hubiera mirado atrás,

tus grandes ojos tristes

la vela suspendida

los cabos sueltos

las cámaras anegadas

como los recuerdos salados del mar.

Si hubiera mirado atrás,

tus grandes ojos tristes,

la vela mística suspendida

los cabos sueltos

las cámaras anegadas

como los recuerdos salados del mar.

Si hubiera mirado atrás.

“Sálvese quien pueda” gritaba el capitán

De haber mirado

de haber vuelto los ojos

como Eurídice

ya no podría saltar

pertenecería al pasado

anclada entre las redes del barco, tu capitán, el moho de las sillas

los versos que consumíamos en las noches de vigilia

tu pereza de saltar,

tu vergüenza de correr,

atrapada entre las hermosas lianas de los versos preferidos,

acaso no hubiera respirado más el aire salino

ni visto aparecer el sol;

era un caso de vida o muerte

“Sálvese quien pueda”

había gritado el capitán,

la vida era una hipótesis de salto,

quedarse, una muerte segura.

( de Diáspora)

* * *

Fidelidad

A los veinte años, en Montevideo, escuchaba a Mina

cantando Margherita de Cocciante

en la pantalla blanca y negra de la Rai

junto a la mujer que amaba

y me emocionaba

 

A los cuarenta años escuchaba a Mina

cantando Margherita de Cocciante

en el reproductor de cassettes

junto a la mujer que amaba,

en Estocolmo

y me emocionaba

 

A los sesenta años, escucho a Mina

cantando Margherita de Cocciante

en Youtube, junto a la mujer que amo,

ciudad de Barcelona

y me emociono

—–

De aquí a la eternidad

Descubrir a Dios entre las sábanas

-no en el templo fariseo

ni en la altiva mezquita-

sábanas blancas

sudario del amor que te cubría

manto sagrado

iniciar la bienaventurada ascensión

de tu piel a la eternidad

de tu vientre al círculo celestial

sentir a Dios en tus húmedas cavidades

en el grito vertiginoso

de la jauría de tus vísceras

saber

que Dios está escondido entre las sábanas

sudoroso

consagrando tu sangre menstrual

elevando el cáliz de tu vientre

descubrir de pronto que Dios

era una diosa,

última ascesis,

de aquí a la eternidad.

—–

Las palabras son espectros

Las palabras son espectros

piedras abracadabras

que saltan los sellos

de la memoria antigua

//.

Y los poetas celebran la fiesta

del lenguaje

bajo el peso de la invocación

//.

Los poetas inflaman las hogueras

que iluminan los rostros eternos

de los viejos ídolos

//.

Cuando los sellos saltan

el hombre descubre

la huella de sus antepasados

//.

El futuro es la sombra del pasado

en los rojos rescoldos de un fuego

venido de lejos,

no se sabe de dónde.

 

 

 

 

 

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