LA SALTA QUE DUELE

 

Salta está cada vez más herida por los números de la violencia contra las mujeres.

En 2022 se registraron 7 femicidios.

A ocho meses de comenzado el 2023, se superaron las cifras: hay 15 muertes violentas, de las que 9 son femicidios.

En las últimas semanas, una mujer apareció muerta violentamente en su departamento del macrocentro. Se está investigando.

Hace pocos días el femicidio en El Tipal le arrancó la vida a una joven madre.

¿Qué pasa en Salta?

¿Nos lo preguntamos, como sociedad, digo?

Porque la violencia surca todo el espectro social y supera todo lo imaginado. Y la violencia machista, se sigue ejerciendo con toda saña.

El último ocurrió en un barrio cerrado, con guardias permanentes, donde viven personas de alto nivel social y económico y aceitadas vinculaciones con el poder.

¿Cómo es posible?- nos preguntamos- ¿qué sucede?

Los femicidas tienen en común la idea de que se puede disponer arbitrariamente desde el poder, la fuerza o la venganza de la vida de otra persona. Ese poder arbitrario es lo que se llama machismo.

Eso de lo que hablamos hace tanto tiempo, que se transmite culturalmente y ahora hasta mascullando – porque es políticamente incorrecto- pero se transmite.

Y se dispone de la vida de una mujer y de muchas personas más, porque quedan siempre niños huérfanos y familias enteras destrozadas.

Como si estuviésemos en la selva.

Y ante la información sesgada circulan las más variadas habladurías “es que los medios”, “es que las feministas”, “ es que las mujeres”, “es que la chica…” Basta!

Hay varias muertes violentas de mujeres en investigación y en cada caso, siempre además se tiene algo para decir de la víctima, en voz baja.

Basta, eso también es machismo!

Hay una ley de emergencia de género del 2014 que se prorroga año a año dando fondos, ¿para qué? ¿para más puestos públicos?

Los organismos creados dan cursos, brindan estadísticas pero no están dando soluciones. La Justicia tampoco, se necesita celeridad en las causas, firmeza en las condenas.

Es hora de que todos estemos alertas viviendo y aceptando que estamos en una sociedad violenta y que el machismo la ha hecho mucho más violenta aún.

No importa qué partido político, qué ideología portemos, que grado de educación tengamos o que nivel económico. Vamos todos en el barco y tenemos que cambiar esta matriz cultural.

Creo que es hora de dejar de burlarse del feminismo, del “ni una menos”. Basta de desestimar nuestros pedidos.

Desde las escuelas debe insistirse transversalmente en cada materia con la equidad y el respeto. Desde las individualidades y la intimidad de cada hogar tenemos la obligación moral de educar de otras formas.

Desde el Estado hay que pensar otros mecanismos, más amplios, más potentes, más abarcadores.

Porque la realidad indica que lo que se hace y al ritmo que se hace, no alcanza.

Estos acontecimientos dolorosos son los que inscriben la verdad de cada día y la verdad es la muerte violenta, injusta, innecesaria…y el dolor para todos los que aman a las muertas.

Los que ni las conocemos, pero vibramos de asco y rabia pedimos justicia para todas ellas!

 

( Patricia Patocco, agosto de 2023)

 

 

 

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