El mundo del arte se vio profundamente conmovido el sábado pasado ante la inesperada noticia del fallecimiento de Alberto Klix Cornejo.
Pocas horas antes había asistido a la presentación del libro de Margarita Lotufo sobre su obra y vida por lo que estaba en Salta, la ciudad que lo vio nacer, aunque vivía desde hace muchas décadas en Buenos Aires. Dicen que tenía la idea de volver a vivir a su ciudad, un poco cansado de la voragine de la capital, que lo estaba evaluando y que también deseaba visitar al Señor del Milagro, y que lo hizo, horas antes de su momento final.
Hace pocos meses, en esta ciudad norteña y más precisamente en el MAC, los salteños tuvimos la suerte de apreciar una de sus últimas muestras “De todo un poco”, magnífica crítica de la realidad. El “Fiaca” como le decían mostró en esa oportunidad su increíble destreza y su fina ironía para mostrar lo social desde su mirada.
Dibujante excepcional, Klix se había hecho acreedor a infinidad de premios, hasta ser merecedor del Primer Premio en Dibujo del XXIX Salón Nacional de Dibujo y Grabado en 1993.
Más allá de la fuerza expresiva del trazo, aludía con sus formas caricaturescas a situaciones de la realidad cotidiana con una fina ironía.
En aquella última oportunidad en Salta, se exhibieron algunas obras de la célebre serie “María Dólar, en las que mostró todo el clima bursátil y la desesperación que provoca el dinero, pero eso no fue todo.
Rostros con máscaras, profundas críticas sociales de los dogmas, de las apariencias, de los que se pavonean con títulos universitarios, de los chismosos, las riñas de gallos, algunas obras sobre los “opas”, en fin, toda una crítica social aguda, cómica, delicadísima.
Mostró en sus obras una mirada caricaturesca para desnudar costumbres, modos de ser y defectos de las personas de cualquier lugar del mundo. Pero, como si Klix nunca se hubiese ido de Salta, como si no viviera desde hace décadas en Buenos Aires, actualiza lo que sucede en su ciudad y hace guiños de continuo a su ciudad, natal a través de la ironía y la increíble calidad de sus dibujos.
Una crítica social, a través de la cual abordó casi todos los problemas actuales. Realizó una obra que seguramente será recordada y revalorizada, en tiempos donde el arte se ha vuelto tan auto referencial, porque salió de lo común y nos mostró su visión y reflexión de los hechos sociales que todos vivimos.
Queda la alegría de su obra, vuelta a ver y revalorizada en Salta, a partir de la idea de Agustín Usandivas- hace algunos años atrás- de una muestra individual en Pro Cultura, a la que le siguieron varias otras en Salta y saber que tuvo la satisfacción de ver el libro editado por el Fondo Editorial con autoría de Margarita Lotufo, antes de la partida.
(Patricia Patocco)