Castilla, Cornejo, Aberastury
“CIEGOS, PERO DESPIERTOS”

Es 2019.

El Cabildo Histórico de la ciudad de Salta, al norte de Argentina, está lleno de turistas y delegaciones de niños recorriendo tramos de la historia profunda del país. De la época en que Güemes era gobernador y la gente demoraba 6 meses en llegar en carreta a Buenos Aires, como explica la guía de turismo.

Mientras buscamos un sitio sin ruidos dónde conversar con Gabriela Aberastury y Mariano Cornejo, artistas plásticos de excelencia; ella porteña, él salteño, reunidos junto al poeta salteño Leopoldo “Teuco” Castilla en un proyecto que ya ha tomado su verdadera dimensión: un libro de artista, llega desde la calle -pleno centro de la ciudad- el alboroto de una ruidosa marcha de las tantas que cruzan las calles del país, día tras día.

Aberastury, pintora, dibujante, ilustradora, educadora y docente vivió hasta los diez años en New York y luego muchos años más en Alemania, país al que regresa cada año invitada como profesora de grabado.  Desde la década del 70 desarrolla una importante labor como ilustradora de ediciones para bibliófilos y coleccionistas privados. Asturias, Bradbury, Storni, Borges, Breton son autores que ha ilustrado. “16 poemas” de André Breton estuvo expuesto en el Centro Pompidou de París en ocasión del homenaje al autor. En 1980 ganó el Gran Premio de Dibujo del Salón Nacional Argentino.

Están en pleno montaje de la obra que presentarán “Ciego en una jaula de mariposas”, Antología de Leopoldo Castilla;  así que antes de disponerse a conversar, saluda a los operarios que arreglan los detalles técnicos de la sala y se asegura de que tengan a mano los productos de limpieza que acercó personalmente.

Cornejo, nació en Salta, es también egresado de la Escuela de Arte Prilidiano Pueyrredón, trabajó y completó sus estudios en España hasta 1992, cuando regresa al país y continúa su trabajo plástico que incluye dibujo, pintura, diseño, obras en madera y exposiciones alrededor del mundo, reinventándose todo el tiempo, porque también es fotógrafo y poeta. Pasa sus días continuamente creando, entre Buenos Aires y Salta.

“Ciego en una jaula de mariposas” Antología de Leopoldo Castilla, es la edición de bibliófilo, que reúne a los tres artistas en esta ciudad por estos días, tiene además un prólogo de lujo, en la pluma de Ivonne Bordelois.

ARTENAUTAS dialogó con ellos, antes del arribo del “Teuco” Castilla, como le dicen a Leopoldo, el autor de magníficos poemarios, algunos de cuyos poemas han sido elegidos – por él mismo, junto a Cornejo-  para estos doce objetos de arte, que han reunidos a los tres artistas.

Cada libro es único, tiene cuarenta originales absolutamente diferentes y cada libro un manuscrito de Leopoldo “Teuco” Castilla. Dos poemas inéditos del prolífico poeta se incluyen en los libros.

La muestra se inaugura este 17 de de mayo de 2019 a las 18,30 hs. Los libros se exhibirán en cuatro mesas con vitrinas cerradas durante treinta días, en el Cabildo Histórico.

– ¿Cómo surge esta idea?

– (Cornejo)  Ha sido un acto de magia. Hace cuatro años en el MAC, en la muestra Diálogos que hicimos con Aberastury presentábamos una sala con libros de artista. Ella es una maestra en el tema, yo tengo realizado solo un libro, del poeta Hugo Padaletti.

Y Gabriela me dice en esa ocasión -“alguna vez tenemos que hacer un libro de artista juntos”, -“sería fantástico trabajar a cuatro manos”- contesto y ella agrega- “¿cómo se llama ese poeta salteño que nombrás siempre?”, -“¿será el “Teuco” Castilla?”,  respondo y en eso… suena mi celular en la sala…Era el señor “Teuco” Castilla que llamaba de no se qué lugar del mundo, para felicitarnos porque sabía que estábamos inaugurando aquella muestra…yo no podía creer la coincidencia.

(Aberastury) – Y yo le dije asombrada “bueno, es un hecho, tiene que ser sobre la poesía de “Teuco””

(C)- O sea que temporalmente, mientras nosotros nos preguntábamos qué artista trabajar y barajábamos el nombre del “Teuco” Castilla, desde la otra punta del mapa, él se conectaba. Así que cruzamos miradas incrédulas, pero ahí nomás decidimos hacerlo. Esto comenzó hace cuatro años…

-¿Cómo es trabajar juntos?

(A) -En realidad son doce libros. Cinco hizo Mariano, cinco hice yo e hicimos dos en forma conjunta. Libros de autor, en un papel especial, con diferentes técnicas, Mariano usó mucha acuarela, en mi caso, de todo, hasta collage. Un trabajo muy especial, vértigo y emoción.

(C)- Ciertamente no es un caso de ilustración. Uno lee un poema y se presentan miles de imágenes visuales. Y más con los poemas de Castilla, que es un poeta metafísico y visual. Pero a cada uno se le presentan diferentes imágenes. Como digo en el prólogo,  “el libro pintado termina siendo una traducción simultánea del hecho poético, pero en otro idioma, el de la plástica, de la pintura, del collage…y lo que pasa en cada libro, todos diferentes, sucede en la misma hoja donde se lee el poema, una suerte de cárcel o de útero”

Cuando le pedimos a Castilla que titule el libro le puso “Ciego en una jaula de mariposas” . En ese momento me atreví a sugerir cambiar el título y me dijo “…de ninguna manera, leé bien el poema” y el poema de referencia habla de la exhuberancia de la selva, de la transmutación, ( y lee) “…nadie puede decir que estuvo sino suspenso en el lenguaje de la selva igual que un ciego en una jaula de mariposas”.

El autor nos tiró esto, teníamos un formato libro con un papel determinado y nosotros como pintores…terminamos así, estando ciegos en una exquisita jaula de mariposas… Ciegos pero absolutamente despiertos con una multiplicidad de estímulos, te da como escalofríos, pero tenía razón el poeta en su título.

– ¿Leen un poema y en el acto se siente la premura de ponerse a trabajar o tienen un tiempo para cimentarlo hacia el interior?

(C)- Yo había leído la mayoría de sus poemas, su obra me encanta. Pero en esta ocasión tenía que traducirlo a mi propio idioma, es como traducir  sin perder la temperatura poética…es un vértigo. Además no teníamos una hoja A y otra B, por si nos equivocábamos. Era tirarse a la pileta con la primera mancha…

(A)- Es lo primero que pregunté si había hojas de reserva y no, no había, son importadas, y el papel estaba limitadísimo así que también es crear con el corazón que te late a mil. Una cosa es que te equivoques en tu pedazo, otra era en los libros compartidos, porque ¿ y si arruinábamos el texto? Yo no hago bocetos, Mariano tampoco. Al margen, yo conocía la obra pero no  tan profundamente. Leo y dejo que aparezcan luego las imágenes.

– ¿Qué destino tienen estos libros?

(A)- Algún bibliófilo, algún coleccionista. La Argentina tiene una tradición de libros para bibliófilos. El primer libro que hice para la Sociedad de Bibliófilos fue en 1971. Tardíamente ellos quisieron abrirse y mostrar al público esto tan extraordinario que es la bibliofilia e hicieron dos presentaciones en ARTE BA .

En la bibliofilia, está el autor y el artista en un mismo nivel, o casi. En Francia, entraría un lector y diría “Quiero el Dante ilustrado por Doré”, o sea, quiero ése.

Hay una larguísima tradición que tiene un mercado enorme en el mundo…

-¿Y en Argentina?

(A)- Bueno, en nuestro país, hay menos conocimiento de esto. Pero en la bibliofilia  todo es importante… porque el bibliófilo goza de tocar el papel, sentir el olor de la pintura, leer los textos. Acá sucede que se conoce menos, es todo.

(C)- Pero en Argentina hubo una tradición al respecto, Castagnino haciendo el Martín Fierro; Carlos Alonso, también el Martín Fierro;  Líbero Baadí trabajó con Alberto Girri…

(A) – Y muchos más de mi generación: Aída Carvalo, Alicia Scavino, Mirta Ripoll y muchos otros y anteriores. Se produce en un momento determinado algo explosivo dentro de los artistas que es salirse de la tradición del bibliófilo que era texto y grabado para tomar su libertad. Antes tenías determinada cantidad de libros numerados con iguales grabados. Ahora los artistas hacemos algo tan loco como hacer veinte libros diferentes…

Por ejemplo yo hice veinticinco “Aleph”, de Borges, con cada página diferente. Tres años trabajé en ellos.

Para un artista es una experiencia única sentir lo que te pasa a partir de la palabra. Es una puerta que se abre y te enfrentás con imágenes desconocidas.

Con esta obra que hicimos, veo páginas ahora y me pregunto ¿yo hice esto? Por ejemplo, soy absolutamente abstracta y lo he sido en toda mi trayectoria de ilustradora y sin embargo, ahora con el “Teuco” recurrí a imágenes figurativas.

(C)- Me pasó lo mismo, por ejemplo cuando Castilla dice “se cuantos gallos asesina el alba y que las tardes son una sola tarde,  aun no terminé de contar las estrellas, por eso aquí no se muere nadie. Yo los salvo, tengo una espada y camino por el aire”…cómo tomás eso?…a mí me aparece un gallo rojo en la página y no se cómo aparece.

-Uds. están apostando al papel en una era digital en la que todo es virtual y parece destinado a desaparecer…

(C) – No hay nada más analógico, ni más retrógrado ni más inactual que esto que hacemos en el papel, lo cual  pone a este producto (odio la palabra producto) en la recontra vanguardia de lo que sucede hoy. Cuando todo es inmaterial y hasta se hace el amor virtualmente, donde no hay corporeidad, el peso físico de esto es algo fuera de serie.

(A) – Es que no existe verdaderamente el fin de algo…no va a terminar el libro, ni la pintura de caballete, no va a terminar porque además cuando ves a un niño, el niño pasa por los mismos procesos que pasamos nosotros. Y también hay modas y cosas impuestas por la moda. Hay personas que dicen que va a desaparecer el CD y si uno entra en Amazon y quiere algo, te lo mandan en CD y las librerías están llenas de libros y se siguen produciendo.

Igual, hacer esto, es un hecho de intimidad absoluta,  cuando vos tenés el libro en tus manos te das cuenta que participás con todo tu ser, es algo emocionalmente único. Muy intenso.

-¿Para Uds. como artistas, es lo mismo hacer una obra para que la disfrute el gran público que hacer obras de este tipo, que solo la va a poseer alguna persona o institución?

( C) – Eso dependería de las disponibilidades y la verdadera democratización del arte. Si pudiera mostrarse en una gran sala vidriada donde pudieran exhibirse los doce ejemplares y fuera todo el mundo y todas las escuelas, esto que es intimista podría ser disfrutado por muchísima más gente. Pero no nos quejamos, quedan en el Cabildo donde además van a estar un mes en exposición.

(A) – Se me cruzó una anécdota, sobre lo que preguntás,  el violinista Jascha Heifetz  dormía con su Stradivarius, el poeta Cesar Palui dormía muchas veces con los libros a su alrededor. Esto es lo que significa para un bibliófilo un libro de estas características. Hay una sensibilización a través del olor del papel, los colores, el peso, el ruido de las hojas al dar vuelta de la páginas.

O se lee íntimamente o se despliega y exhibe en una vitrina para que ser disfrutada todos los días.

– ¿La muestra va a presentarse en otras ciudades?

– (C) Hasta ahora no hay fechas de presentación en otras galerías, quizás para el año que viene. Es un año pre electoral difícil para todo.

– Gabriela, tenés gran experiencia en este tipo de obras, qué la diferencia del resto de tus creaciones?

(A)- El objeto libro…es una maravilla! Al hacerlo me doy cuenta que  siento una espontaneidad, una manera de abordar esas páginas, sola, ahí con la palabra presente…muy distinta al resto de mi obra. Acá la obra parte de la palabra, es parte de la palabra.

Ojalá pudiera cuando estoy sentada frente a una tela, también tener la libertad imaginativa o la valentía de repente de hacer solo una línea y decir, ya está.

(C)- Es que trabajás en un formato que te condiciona: el tamaño, el papel con los poemas impresos, ya tenés un objeto plástico…además el poema te dice cosas. Estas acotado por todos lados…en una jaula

Bueno, pero parece que se han tomado todas las libertades, han usado tantas técnicas, han realizado creaciones asombrosas…

( C) – Si…es que de pronto sentís que te da una libertad extraordinaria. Estos libros para mí han sido un laboratorio, un campo de prueba, hice cosas insólitas…no se como influirá en mi obra posteriormente, no lo se.

(A)- Así, tal cual,  es como dice Mariano, una sensación de libertad extraordinaria. Además  Teuco utiliza palabras que se repiten, que resuenan: fosforescencia, espejos, mercurio. Cuando leí fosforescencia por ejemplo, hice una línea naranja y cuando la ví, me dije…¿cómo hice esto?

Los artistas se emocionan contando la emoción de lo creado de a tres, pero suena un celular y Cornejo debe atender ahora la parte eléctrica.

Es que estamos en Argentina.

Afuera, el ruido de la marcha, no cesa.

Adentro, hay una jaula de mariposas en pleno vuelo…

 

 

Textos: Patricia Patocco

Fotografías: Pablo Karanicolas