Marcelo Sutti, músico y poeta salteño vivió una gran experiencia en Buenos Aires, cuando fue invitado a leer poemas de su autoría en un recital del bandoneonista y compositor Dino Saluzzi y la inspirada guitarra de José María Saluzzi.
La cita fue en el local porteño Café Vinilo donde se desarrollaron tres conciertos intimistas y de hondo impacto entre los presentes.
En charla con Sutti, a su regreso, comentó “ Soy un gran admirador de Dino y sus creaciones y me di maña durante toda la vida para conseguir su música, aunque él grabara y viviera en el exterior y hemos tenido siempre una relación digamos literaria, más allá del gran cariño, porque yo le hice llegar siempre mis libros de poemas y el proceso de mi creación. El es dueño de una calidez y honestidad humana increíbles, que admiro realmente mas allá de su música, y desde hace tres años,a partir de la pandemia se generó un diálogo telefónico muy fluído. De pronto, un día surgió la invitación que me hizo, se sumarme a este espectáculo y para mi fue realmente una sorpresa hermosa. No lo dudé porque para mi es un sueño cumplido, un alto honor, así que me tomé el primer avión que encontré”
-¿Cómo fue el espectáculo?
“Bueno, seleccioné algunos poemas que me parecían que podían estar, sesenta sonetos sabiendo que no iban a entrar más que unos cuantos y Dino, que es tan respetuoso que me esperó para terminar de armar el espectáculo. Fue una emoción personal inmensa, terminamos de armar juntos los tres, ensayamos muchas horas y terminé leyendo diez poemas por noche, en tres noches. Interactuamos de una manera increíble porque Dino es tan respetuoso de los demás que me brindó un tiempo enorme para mis poemas que simplemente acompañaron su música prodigiosa. Pero me hicieron sentir emocionado y privilegiado sencillamente, porque nunca imaginé que podía vivir algo así. Desde siempre me encanta su música, siempre que puedo la llevo conmigo y escuchar ese bandonéon ahí al lado mío, sobre todo el tema “Gorrión”, ufff!, fue tremendo.
Por lo demás, en cuanto al espectáulo en sí, la verdad que cuando él toca no vuela ni una mosca, genera un clima intimista increíble, de instrospección, de pasaje al interior de cada uno que lo escucha y se transporta. Su obra es magnífica, creaciones que abrevan en el folclore y el tango pero que tienen un vuelo propio altísimo” – expresa Sutti, aún emocionado por la experiencia de intensidad y belleza.
“Variaciones en torno a “Loca bohemia”, tango de Francisco De Caro, o a la zamba “La tristecita”, de Ariel Ramírez; se encadenaron con pasajes propios y hallazgos surgidos de la comunión estética con la guitarra de José María Saluzzi.
Casi al filo de una hora de concierto, Dino Saluzzi comentó: “Antes de continuar quiero decir que están escuchando cosas que no están grabadas ni van a volver a escuchar porque se trata de improvisaciones que nacen acá”- según comentó Sergio Arboleya en su nota de Télam.
O sea, una noche mágica, que otro salteño Marcelo “Pajarito” Sutti nos relató desde su más profunda emoción.