Crónica DE JABONES Y MAFALDAS

Esta revolución comenzó antes de 1810 y tal como en la Jabonería de Vieytes de aquella época fue, deboca en boca.
En ese sitio clandestino, los hombres discutían hasta tarde los pormenores de lo que sería finalmente la revolución de Mayo. Las mujeres, según los usos y costumbres de la época no participaban de los debates, sin embargo iban y venían de casa en casa llevando los mensajes.
Por estos días la magia volvió a suceder, solo que ahora las redes y el whatsapp tejieron otro tramo de la historia con mensajes grabados, firmas e información.
La cineasta convocó a gente de la cultura primero y luego se sumaron ciudadanos/as de toda actividad, edad y condición y se armó un grupo de whatsapp que funcionó como disparador de muchas ideas y acciones.
Una gran conspiración que acapara voluntades de gente muy diferente entre sí, solo que ésta llega claramente a favor de los derechos de la mujer y personas gestantes.
Como si se tratara de un filme, la directora envía mensajes alentadores, forma equipos, intercambia ideas, pide ayudas, pero también acata sugerencias.
Es un grupo abierto, al que se suma gente continuamente, de todos los oficios y profesiones, de diversa condición de género, del cual entran y salen trayendo datos, números, pedidos de ayuda y manos solidarias.
Es extraño, porque es un grupo horizontal, donde todos pueden opinar y aportar, y se discute hasta la mínima idea.
Un grupo solo unido por un segundo de tiempo en la historia, intentando hacer oír su voz, en pos de la libertad. La revolución, que se viene gestando hace tanto: la de las mujeres.
En menos de una semana, un millar de personas firmaron el petitorio que se elevó a los Senadores de la Nación para expresar el apoyo a la ley IVE que se debate por estos días.
Luego, el domingo 15 de julio, día de sol en pleno invierno se hizo un pacto con la parsimonia provinciana. Siesta/ fiesta de encuentros entre gente de tan diversas edades y procedencias, familias enteras, parejas, grupos de amigos y no tanto, se dieron la mano y pusieron su cuerpo para una foto colectiva.
La revolución de las cuatro olas.
Avanza firme y pacífica y sin embargo provoca pavor entre los que quieren que nada cambie. Pero el mundo cambió y las mujeres tenemos mucho que ver.
Hablamos de la ley de legalización del aborto, que sucede- aunque se mire para otro lado- que es un dolor, una tragedia que atraviesa la sociedad y que hay que legislar por estricta justicia social.
Y pese a las/os continuas agresiones que reciben a diario, pese a las discusiones eternas y a los golpes bajos, como apropiarse de palabras y símbolos que nos pertenecen a todos, el diálogo va siendo posible.
Hay una mecha encendida que recorre todo el país, que incomoda, que obliga a pensar y debatir.
Hasta la Mafalda de Quino, emblema nacional, salió también en las últimas horas a prestar su apoyo a los derechos humanos de las mujeres
No es para menos, esa niña fue siempre LA revolución.

(Patricia Patocco, julio de 2018)