Su gira por el norte de Argentina presentando el espectáculo “Salir de la caverna”, filosofía más rock, junto a Lucrecia Pinto y banda, le deparó la sorpresa de tener salas llenas en Tucumán y en Salta, luego siguió hasta Jujuy, donde ofreció una clase pública en la plaza a la gente que se arrimó a escucharlo hablar sobre educación, sociedad, religión…
Le gusta sentirse un divulgador de la filosofía y realmente lo es. Ha logrado sacar la filosofía de las aulas – donde también la practica- y llevarla directo a la gente.
Al viejo estilo ateniense, lleva a la Ágora, todos sus conocimientos, para hacernos pensar con el don de la sencillez sobre todos y cada uno de los temas que nos interesan como seres humanos: la vida, el amor, la muerte, la religión, la política.
Además de llevar la filosofía a los escenarios con espectáculos que renueva año a año y con los que gira por todo el país, es docente, da clases en el CBC de la UBA, en la Universidad de Hurlingham y en FLACSO, ha llevado la disciplina a la televisión, y a la radio y escribe. Es autor de ¿Para qué sirve la filosofía? y más recientemente de “Filosofía en 11 frases”, publicado por Paidós.
Con algún signo de cansancio “pero es un dulce agotamiento, porque cuando podés desarrollar tu profesión ni se siente el cansancio” habla y reflexiona con la generosidad y el carisma de un docente de alma. Y toca cada tema, con la pasión de alguien que lo aborda por primera vez, aunque haya hablado cientos de veces de lo mismo.
Conversó con ARTENAUTAS, en un diálogo imperdible, en el que comenzó hablando del espectáculo, en el que habla, baila se baja del escenario y conversa con el público, mayoritariamente joven, logrando un momento difícil de olvidar, pero siguió luego por un camino sinuoso: su nuevo libro, la docencia, la política, el feminismo, el lenguaje inclusivo, la religión, sus pasiones…y en todos, deja puntas de ovillo para seguir pensando.
Es un divulgador y sobre todo, un gran cuestionador.
– ¿Tenés estudios teatrales?
– De chico hice teatro y creo que me sirvió porque hay todo un despliegue escénico en lo que hago. Pero creo que toda clase es una puesta en escena, me parece que hay que recuperar lo teatral, incluso para la docencia. Ningún docente al formarse tiene clases de teatro y no me caben dudas que hoy más que nunca hay que incorporar esas técnicas como parte de lo pedagógico. Los recursos histriónicos pero en el mejor sentido del histrionismo, porque una clase no deja de ser una experiencia estética.
Entonces, la alegoría de la caverna, que la explico desde hace 25 años a chicos de cuarto o quinto año, fue igual a cómo la expliqué ayer…
-¿El espectáculo es una experiencia teatral, una clase de filosofía o un psicoanálisis colectivo?
-Qué linda pregunta…yo creo que es una experiencia estética, pero creo que hay que resignificar la palabra estética, en el sentido más foucaultiano, en el sentido de estetización de la existencia como una forma de recrearse a uno mismo todo el tiempo, o resignificarse. Obvio que lo podés ver desde una perspectiva sicoanalítica en el sentido que inspira permanentemente a que uno se peleé con sus propios condicionamientos. También este espectáculo tiene la conmoción de lo teatral donde uno asiste a una experiencia más sensorial, más artística, donde por ahí no la asimilás en términos neuronales, sino que es una experiencia corporal. ¿Viste la angustia existencial que provoca la filosofía? no es que se la piensa y desarrolla racionalmente, es una sensación física de cierta asfixia, de que el camino se te angosta, algo en el cuerpo que se te achica…
– Entonces, ¿para qué sirve la filosofía? ¿Para perdernos?
-¡Si, obvio!!!, lo que pasa es que está mal visto en una cultura productivista y economicista, perderse y perder. Pensá que perder tiene toda una connotación peyorativa en términos económicos. La ganancia parece ser un valor dominante del que uno no puede salirse. No solo la pensás desde un negocio, sino que hacés un negocio de todas las dimensiones de la existencia, por ejemplo si te enamorás, te decis ¿uy, gané o perdí? , y que tiene que ver el amor con la economía? Pero uno se piensa dentro de ese paradigma hasta en las relaciones vinculares básicas .
La filosofía es una invitación a perderse en esta sociedad que tiene respuestas para todo. Por eso digo que la filosofía no pregunta para encontrar respuestas sino para cuestionar las respuestas vigentes, hegemónicas y eso supone recuperar algo de esa angustia o incertidumbre.
– Entonces hacemos filosofía no para encontrar, ¿sino para huir de las cosas?
-Es que vivimos en una cultura donde se nos codifica desde siempre en que el sentido de encontrar para qué sirve cada cosa que hacemos, que todo lo que hacemos tiene que tener un sentido productivo.
Y esto es una manera de sopesar el vértigo que te provoca darte cuenta que nacimos para morir y que en el fondo la cosa no tiene fondo, entonces te aferrás a certezas así cuadradas ¿no?.
La filosofía es una manera de recuperar esta contingencia originaria para no comerte todos los buzones . Porque sino, te das cuenta que terminás creyendo en grandes cuestiones para evadir la contingencia originaria y terminás siendo útil a estrategias de otros. A mí me hace más ruido eso. Las grandes soluciones para la vida que te quieren dar, “te la quieren dar” está más relacionado con necesidades de expansión de otros que usufructúan tu angustia.
– La filosofía también está muy relacionada a la poesía?
– Mucho. Pero hay que pelearse con cierta lectura endogámica de la filosofía que se piensa a si misma como un discurso proto científico. Para mí está más cerca del arte que de la ciencia. Pero es poética porque genera algo parecido a lo que genera la poesía, conmoción, emoción y apertura interpretativa, para mí es una gran metáfora, un género literario, una manera de enhebrar términos que hace que uno vea para donde va, para donde lo llevan.
-¿Cómo surgió tu nuevo libro, entre ficción y filosofía?
– Todo lo que vengo emprendiendo desde la filosofía busca salirse del canon y mezclarlo con otros géneros. El programa de Tv “Mentira la verdad” es así, lo mismo que mi programa de radio. En el caso del libro me parece que no hay otra manera que hablar de filosofía desde la ficción. Aborda la historia de un tipo que va caminando por la calle y ve un asesinato, una ficción política en la que entra en juego la muerte de un joven en manos de la policía y la declaración del estado de sitio porque se acusa a este joven muerto de ser un terrorista. El libro cuenta cómo sería un golpe de estado en esta época en la Argentina, ese es el fondo y eso me va permitiendo trabajar y explicar frases filosóficas haciéndolas carne a través de los personajes.
– Tenés posturas políticas claras y últimamente te involucraste mucho públicamente, por ejemplo tu intervención en el Senado cuando se debatía la legalización del aborto…
– Ésa es la política en la que yo creo, la que recupera estos temas de transformación existencial y que de algún modo no es “secuestrada” por la política tradicional que muchas veces la vacía. Una de las urgentes y necesarias emancipaciones de este tiempo, es la emancipación de la mujer. Entonces creo que detrás de la reacción negativa ante la ley del la aborto se juega una sociedad conservadora que está prefiriendo que los sistemas asimétricos de poder se sigan reproduciendo. El poder más eficiente es el que no se ve. Y una de las formas en que se naturaliza el poder es en esta relación asimétrica entre varón y mujer.
Hoy, una mujer en la Argentina no decide sobre su propio cuerpo, eso la coloca claramente en una ciudadana decaída, tiene una ciudadanía de segunda. Entonces tomo partido por causas que me parecen que habilitan la posibilidad de trabajar por una sociedad más emancipada.
-¿Comulgás con los valores del feminismo?
-Creo que el feminismo es revolucionario. Comulgo con el feminismo en su practica porque entiendo que hoy está expresando la nueva política, está poniendo en crisis la política tradicional que está vetusta y lamentablemente han sido las posiciones de derecha mas jerarquizantes las que han sacado tajada de esa política tradicional.
Hoy pareciera que no existen salidas, solo desde la antipolítica que es lo que parece primar en la Argentina. Pero el feminismo está mostrando otro camino, otra opción, que es la repolitización general de la existencia. Eso es lo que formula, volver a entender que todo es político, que en todo se hace política, en la casa, en la amistad, en el amor, en el aula y eso es de vanguardia- La revuelta feminista abre otro camino.
-¿Que opinás de la demonización de la ideología de género?
– Es muy interesante porque se utiliza ideología de género como opuesto a conocimiento en términos serios. Yo creo que todo es ideología y siempre hay una carga de subjetividad en todo. Pero acá al decir “ideología” se pretende desposeer al feminismo de seriedad, de objetividad. Ahí está lo mas interesante y conflictivo, acusar al feminismo de ideología de género como algo negativo…
– Se lo utiliza también en el tema del tratamiento de ESI – Educación Sexual Integral-
– Entiendo que cada uno pueda pensar como quiera, pero de la puerta de su casa para dentro. En la medida en que un pensamiento subjetivo pretende volverse pensamiento único o razón de estado se está desposeyendo a los que piensan diferente de su derecho a vivir como quieran. Una sociedad liberal – mirá que no hablo desde la izquierda, al revés-pienso en una sociedad liberal democrática , es la que establece la reglamentación necesaria para que cada uno en su privacidad viva como quiera. Ahora, cuando la forma de pensar privada quiere volverse pensamiento público y valer como ley para todos se está forzando una única forma de pensar la realidad como si fuera “natural”, como si fuera “la única” existente. Ahí pierde la democracia. Porque para que haya democracia no tiene que haber una verdad absoluta, la democracia supone que la verdad es una construcción, por eso el otro, también puede tener razón.
– ¿Qué pensás del lenguaje inclusivo?
– ¡Me encanta!, me encanta lo que provoca…todo lo que provoca molestias a las formas conservadoras de construcción de sentido me parece que suma.
Después se puede pensar más específicamente cómo hablarlo, si el lenguaje inclusivo no es más una forma de resistir ciertas hegemonías, tampoco se si podría valer como nueva gramática. Pero ojo, que también la gramática se va re significando continuamente, vos lees libros en el español del sigo XIV y no entendés nada…
El lenguaje no es una herramienta que utilizamos los seres humanos para comunicarnos. Es al revés, el lenguaje nos hace humanos, es mucho más ontológico, nos constituye como seres humanos.
Somos humanos porque hablamos, esta forma de hablar hace lo que somos…no es algo banal o simple, el lenguaje supone una serie de palabras que uno no elige y usa… supone una gramática, que uno no elige, en la que uno cae y tiene que reproducir… El poder se estructura de ese modo, ahí anida un poder más fuerte, el de aquellas zonas que no visualizamos en su ejercicio.
– ¿Son otras cadenas invisibles?
-Son las cadenas más contundentes. Es mucho mas fácil pelearse contra Dios, contra la religión que contra el lenguaje. Nietzche ya lo dice “Nos habremos desembarazado de Dios, pero aún somos esclavos de la gramática”, o sea como entendiendo que hasta Dios es una palabra y el verdadero Dios entre comillas es el que aun nos ordena y fijate, que la gramática sigue siendo un sistema reglado, que nos ordena…
-¿Sos religioso?
-Yo separaría la religión de la religiosidad.
-¿Cómo?
-Del mismo modo que separaría el amor del matrimonio o el derecho de la justicia. Creo que son cosas diferentes, creo que la religión es más parecida al matrimonio y la religiosidad al amor. ¿Qué es la religión sino las prácticas institucionales “normativizadas, regladas”, que buscan representar ese sentimiento religioso pero que paradójicamente siempre está excediendo toda norma. A mi me gusta pensar lo religioso en términos de interrogación, yo me siento profundamente religioso porque no creo en ninguna religión. Ninguna colma mis certezas, para mí ser religioso es estar preguntándose, hay algo más?, esto es así?…buscando un sentido en un trasfondo sin sentido… Creo que la religión traiciona la religiosidad cuando dice esto es así, es por acá o hay que portarse de este modo.
Creo también que hay que salirse de la grieta entre creyentes y ateos y re pensar lo religioso desde otro lugar. En ese sentido veo a las religiones institucionales mas parecidas a emprendimientos o empresas humanas que buscan construir un sistema de fidelización clientelar para sostenerse en su lugar.
Ahora también es cierto que por algo tienen fuerza y vigencia. Hay algo de esos textos o de esas preguntas que nos interpelan. La Biblia para mí es un libro de cabecera, el que más leo, con el que más me peleo, el que más estudio.
La educación primaria religiosa que tuve fue la que me impulsó a esta vocación filosófica. No es un problema contra la religiosidad sino contra aquellos que se creen sus dueños, la administran y articulan según sus intereses.
– ¿Qué otras pasiones tenés?
– Uy, muchas, me interesa el fútbol, la docencia, me encanta el cine . Me apasiona mucho la cocina…y todo lo que implique la vida familiar. Yo tengo tres hijos y me encanta compartir las cuestiones mínimas. Esto de por ahí…encontrar los espacios con ellos: ir a jugar al fútbol con ellos, preparar una asado. Bien mínimos, hay un minimalismo cotidiano que practico, que me parece esencial recuperar …esos pequeños detalles importante para la narración de uno mismo.
-¿Cómo vivís este tiempo social de la Argentina?
– Mal, preocupadísimo por una sociedad cada vez más dualizada. Yo entiendo que haya modelos económicos en pugna, entiendo que la gente elija lo que quiere pero me preocupa pensar en modelos que van excluyendo a parte de la ciudadanía de derechos básicos y es evidente que hay modelos económicos que tienden a la disolución de los estratos medios. Me parece que estos modelos económicos tienen a una sociedad partida en dos, con una parte incluída y otra cada vez más grande, por fuera de sus posibilidad de acceso.
-¿Y de que nos sirve así la filosofía?
– Como cualquier otra disciplina ayuda a pensar. Creo que es importante el espacio que logró en los medios desde hace unos años, sean de cualquier línea política.
– ¿Te gusta que te digan divulgador?
-Me encanta. Creo en la divulgación y pienso que es una forma democrática de recuperar el conocimiento . Siempre voy a estar en contra de cualquier elitización y hay un saber académico que perdió el contacto con la ciudadanía. Es un tiempo de recuperar la divulgación. Canal “Encuentro” fue clave en esto, demostró que se puede hacer divulgación de manera rigurosa, en lenguaje popular, entretenido y sin perder el rigor. Le debo todo a ese canal y a ese clima de época que generó.
(Patricia Patocco)
(Fotos Pablo Karanicolas)