Kuky
MENSAJE A LA CAPITANA

Transitamos días de desasosiego y temor ante una pandemia inesperada que provocó cambios insólitos en la humanidad y que parece venir a instalarse por un buen tiempo, confinándonos a nuestros pequeños mundos y a desafíos que nadie sospechaba vivir.

Martín Herrán, el hijo de Kuky Leonardi ha logrado urdir por estos días – a un año de su fallecimiento- una excelente trama tecnológica para ponernos en contacto a la familia, los vecinos, los alumnos y a los amigos de su madre.

Un grupo de whatsaap que se pobló de cientos de personas diversas, de distintas ciudades, edades, profesiones, características. Con la consigna “Mensaje para la Kuky”, Martín nos instó a escribir algo sobre ella, en su recuerdo y la avalancha sucedió…

A partir de hoy, todo lo producido se puede leer en el facebook MartínMiguel Herrán, donde seguramente se seguirán subiendo aportes de todos los que deseen sumar su granito de arena a esta hermosa tarea de recordarla y seguir proyectando su obra inigualable.

En el palimpsesto que elaboró Martín podrán verse muchas de las características por las que la recordamos. No solo la magnitud de su palabra poética, sino la belleza de su poema más logrado: su vida compleja y coherente, sus altas cualidades humanas, sus ideales intactos hasta su partida, la hermosa sencillez de su vida.

Todo el amor que le tuvimos se sale de los renglones en los que escribimos, fotografiamos o pintamos cada uno para ella, como si aún pudiera vernos, darnos una caricia de aliento o señalarnos el camino.

Entre tanto recuerdo hay una imagen que me habita siempre.

Una tarde cualquiera, Kuky camina por la calle.

Hace frío. Lleva como siempre una bolsa de mercado colgada del brazo. Una botamanga dentro de la bota, la otra afuera y camina leyendo un libro…La hablo, me mira y tarda unos segundos en reconocerme. Está abstraída en su lectura y no le interesa el frío, ni caerse por caminar leyendo de ese modo y mucho menos su renga botamanga.

Podía sacar casi cualquier cosa de esa bolsa: libros, copias de poemas para sus clases, ensayos, manifiestos, fotografías, el original de alguien que quería que le corrigiera el suyo, diarios, Artenautas para repartir, señaladores, tarjetas con poemas, el pan que le gustaba a su hijo por el que se cruzaba la ciudad para alcanzar la panadería con secreto placer …

En su bolsa del pan iban los poemas, porque para ella eran lo mismo…

Su vida ha sido el ejemplo de lo que se nos pide en esta pandemia para el mundo nuevo: la solidaridad, la austeridad y el amor.

Basta re leer un poema para encontrar a la maestra, la militante, la defensora de los derechos humanos, la poeta, la generosa amiga.

Tuvo palabras de amor para todos los escribientes, a todos nos hizo sentir un poco sus hijos en poesía.

Por estos días en que navegamos océanos inciertos vuelve a mí con su imagen de inocente capitana de una inmensa barca en la que fue subiendo a todos los que la conocimos o leímos, ofreciéndonos solamente su lucidez, la belleza de sus conocimientos y su compañía para siempre.

No lleva sables ni fusiles, solo porta una enorme red para atrapar mariposas llena de poemas y la delicadeza de subirnos uno a uno a su travesía, haciéndonos sentir los preferidos, los únicos, los amados.

En lo personal la extraño tanto que intento encontrarla cada día en un poema, como me enseñó, cuando descubrió el velo de LA poesía ante mis ojos y me enseñó a descifrar la belleza de otros mundos y la respuesta a los mundos por venir.

Fue la Maestra de muchos corazones: amiga/hermana, madre en poesía.

Capitana inolvidable, permítame compartir una vez más, algunas de sus:

 

INSTRUCCIONES

Haz leves tus pisadas sobre el campo minado

Para atravesar el presente no lleves equipaje

ni vestidos ni dioses ni música

sólo el sueño obstinado que heredaste

de tanto ausente cuerpo:

alcanzar al final de un mundo que agoniza

el horizonte nuevo donde brille

el corazón fraterno de los hombres.

 

(Patricia Patocco, 26 de Marzo de 2020)

(Fotografía, propiedad de Martín Herrán)