LAS QUE SABEMOS TODOS

 

Abel Pintos presentó su nuevo álbum: Alta en el cielo.

Es su versión de ocho canciones patrias, grabadas y filmadas con la Orquesta Académica del Teatro Colón y la dirección de Ezequiel Silberstein. Se presentó en el Teatro Colón pero se puede bajar de la plataforma Spotify y verse por You Tube en forma libre y gratuita.

Hoy mientras conducía el auto lo escuché.

Quería saber cómo se las arreglaba con su voz baladística, con esos altos extraños y con su forma tan personal de encarar cada canción que interpreta.

Me preguntaba quien habría encargado semejante trabajo: el gobierno nacional, el de la ciudad de Buenos Aires?

Primero el Himno Nacional Argentino “raro, bien, más solemne de lo que esperaba”- pensé.

Luego la Marcha de San Lorenzo y ahí sí, como una flor que se despereza lentamente algo me erizó la piel y me puso a cantar, primero bajito pero cada vez más fuerte con el vivo recuerdo de una acto en el que estuve alguna vez, con la Banda de Granaderos tocando cerca.

Luego llegó Aurora, antigua ópera cuyos fragmentos se cantaban ( se cantan?) en las escuelas y me envolvió el frío atroz de aquel patio inmenso, enfundada en tapadito apretado de tantos pulóveres que me ponían, me ví preguntándome – cada día-, al extraño embrujo de esas frases que no entendía “…y forma estela al purpurado cuello”.

Tuve que secarme las lágrimas para ver el camino.

Luego el Himno a Malvinas, a San Martin, la Canción de la Bandera, uff!, esas canciones de antaño, las que sabemos todos.

Cada una con su halo de época.

Más tarde supe que el artista había donado todas las regalías por el disco y el documental de la grabación a los hospitales que dependen de la UBA: el de Clínicas, el Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y el Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari.

Esos gestos de grandeza que también educan, ese destinar del bolsillo propio, de la creatividad individual para los otros.

No de las arcas del Estado. No del concepto ofensivo de caridad.

El disco está pensado para niños y para las escuelas. Creo que a los adultos nos vendría mejor .

Y a ver qué piensan… se me cruzó la loca idea de sugerir a cada político y a cada uno de los que andan por detrás, susurrándoles por los rincones, sin nombres ni rostros conocidos, que se encierren en un cuarto. Sí que se encierren – solos- a escuchar a todo volumen el disco completo, a ver el documental.

Quizás encuentren la conciencia de cuando escucharon esos acordes hermanados con sus compañeros en un patio cualquiera y recuerden lo que verdaderamente es la Patria y las múltiples fracturas que tiene.

Quizás puedan reconocerse de nuevo como gente común y renunciar a algunos de sus tantos privilegios que significan el hambre para muchos otros. O al menos puedan dejar de chicanearse por twitter, para la tribuna y ahorrarnos esos espectáculos bochornosos.

Leo en el diario que en Salta, la docente jubilada Mercedes Risso, creó una beca con ayuda económica trimestral para el mejor promedio del colegio que ella misma dirigió. Es docente jubilada y saca el dinero de su bolsillo.

Leo de un Favaloro que cumpliría cien años y está tan poco reconocido pese al inmenso bien que dejó para la humanidad.

Soy ingenua, lo se, pero aún busco esos gestos de grandeza. Aún los espero y los resalto porque todos podríamos tenerlos.

Todos sí, pero los políticos enriquecidos, los funcionarios sin moral, los que nos llevaron a esta ruina, más que todos.

 

( Patricia Patocco, julio de 2023)