La Faranda, con nueva obra
FLAUTÁSTICA, CON MÚSICOS EN VIVO

 

La verdad es que ya nos tienen acostumbrados.

Uno ve sus obras y piensa que son autores especialmente dotados, más bien que son realmente artistas.

Y lo son, claro.

Pero además sucede que en cada obra redoblan las apuestas y vuelven a sorprender a sus espectadores. Cuestión poco frecuente en el medio y en tiempo de vacaciones, dónde como ya sabemos tantas veces se presentan obras irrespetuosas con el público, donde se ven irremediablemente las hilachas de todo lo no hecho: poco ensayo, argumentos endebles, débil preparación actoral o lo que fuera. Esos detalles que provocan el bostezo, aún de los niños con todas su euforia de vacaciones de julio.

En las antípodas de todo eso se sitúa “La Faranda”, la compañía de títeres dirigida por Claudia Peña y Fernando Arancibia y la gente convocada para cada nueva obra.

Este año presentan “Una aventura Flautástica”, basada en la ópera La Flauta Mágica, de Mozart, hasta el 12 de julio, todos los días a las 17 hs en la Fundación Salta, Gral. Güemes 434.

El público, niños y adultos, quedan embelesados con la música y la obra, definitivamente hermosa.

Y por única vez, en este mes de julio, con la presencia de músicos en vivo que le otorgan a la poética obra, un llamativo plus.

Tres jovencísimos adolescentes que brindan su música vibrante en vivo: Simón (19), Celina (15) y Santiago Seghezzo (14). El mayor, es además quien hizo los arreglos.

En diálogo con ARTENAUTAS, Claudia y Fernando comentaron sobre el placer de trabajar con los músicos en vivo, cuestión que será solo ahora en el mes de julio porque los chicos tienen que volver a Suiza, donde viven y estudian

“ Son mis sobrinos, hijos de Aída Peña y David Seghezzo, ambos formados en Salta. Ella en la Escuela de Música y profesora de italiano y él, egresado de la Escuela de Música, becario en el Colón, en Francia y ahora primer oboe de la Orquesta Filarmónica de Basilea, hace muchos años”- explica Claudia Peña- “Los chicos se han formado en un ambiente musical y además han estudiado mucho. El violinista Simón, (19)que acaba de salir del secundario estudia violín desde los cuatro años y ahora ingresó al conservatorio de Berna. Celina (17)desde muy pequeña estudia clarinete, está en el secundario y Santiago (14) estudia fagot desde los siete. Los tres tocan el piano y el xilofón de metal que se llama glockenspiel.

Es interesante, porque nacieron en Basilea, tienen nacionalidad argentina y son hijos de dos personas que se formaron en Salta.

– ¿Cómo trabajaron con los músicos?

-El proyecto lo iniciamos hace un año. Los chicos vienen siempre un mes, durante julio. Así que el año pasado tuvimos varias reuniones con el argumento de la ópera. Ellos se la saben casi de memoria, es muy famosa y en Suiza es común ver una puesta de la Flauta Mágica, pero acá no es muy común.

Todos los años vienen y dan un concierto familiar, entonces a nosotros se nos empezó a ocurrir hace bastante la idea, el año pasado les preguntamos, porque sabemos que la vida estudiantil en Basilea donde viven es bastante rigurosa y no les deja mucho tiempo libre, pero ellos enseguida se entusiasmaron y sus padres dieron la anuencia.

Primero fuimos armando las secuencias de acciones y viendo qué posibilidades teníamos . Después a fines del año pasado empezamos a tener los primeros contactos por video – llamadas de whatsaap y hemos ensayado así hasta fines de junio que llegaron. Hicimos un trabajo en conjunto muy interesante, la ventaja es que son muy disciplinado y toman todo con mucha seriedad por la formación que recibieron. No fue difícil pero teníamos mucha incertidumbre.

El mayor, Simón, hizo los arreglos musicales y también la adaptación, hizo un gran trabajo.

– ¿Cómo adaptaron una ópera tan larga, para niños?

– La obra está basada en la Flauta música, la ópera de Mozart, que es muy compleja, tiene dos horas y media y habla de la iniciación masónica, pero queríamos lo que siempre queremos: una profundidad en el sentir: imágenes, linda música y que el argumento no fuera tan complejo que no se pudiera entender.

Fue bastante difícil hacer la adaptación y se le aumenta lo complejo de lo técnico porque nos habíamos comprometido a estar en Cultura a la Vista y uno sabe que se tiene que armar y desarmar rápido. Hay que conjugar todo.

Los personajes son los de la ópera, pero faltan algunos, porque la obra tiene vericuetos complicados para esta época

-¿Cómo trabajaron la dramaturgia de la obra?

-Sabés que yo voy armando esa parte y le veía muchos problemas, muchos. Hay un intento de abuso en la obra (que obviamente no está), pero también es en general muy moralista, que dicta sentencias, Mozart era masón, entonces hubo que hacerle cambios .

Y Fernando es un hacedor increíble, él piensa en hacer una garra y la hace y luego hay que terminar todo estéticamente, detalles de los que me hago cargo yo, que soy autodidacta. Como no estoy formada en eso, necesito partir de algún concepto. En ese sentido, en lo estético, recibí gran ayuda de Carmen Cornejo, una escenógrafa increíble. Me aportó unas telas muy buenas que tenía, me dio ideas…un aporte muy valioso y amable nos hizo.

-También cantan, ¿cómo se prepararon?

-Fernando tiene un oído extraordinario, muy buena entonación y un caudal de voz importante, igual ensaya muchísimo y se somete a la opinión de los músicos de la familia. También me toca cantar pero solo un poco…pero la clave está en los ensayos…ensayamos todo muchísimo.

– ¿Qué pasará cuando los jóvenes vuelvan a Suiza?

– Estamos muy contentos con los resultados, pero también un poco tristes porque tienen que volver a sus estudios.

Cuando se vayan, a fines de julio vamos a grabarlos y sobre todo vamos a tener que revisar la dramaturgia y ver como la adaptamos. Los vamos a extrañar.

(Patricia Patocco)