María Fernanda Bruno
“LA ORQUESTA SUFRE UN ATAQUE INNECESARIO E INSÓLITO”

 

La maestra María Fernanda Bruno regresó a Buenos Aires, su tierra natal, luego de casi dos décadas de intenso trabajo en la Orquesta Sinfónica de Salta.

Pianista y pedagoga, formada en las escuelas pianísticas de Fanelli y Scaramuzza, su camino fue paralelo al de la formación de jóvenes en los campos de la interpretación y la música de cámara.

Sus conciertos en la Argentina y en el exterior fueron de perfil didáctico, ya que en varios países americanos todo su repertorio se unió a clases magistrales desde el barroco al siglo XX abarcando como solista y pianista de cámara casi todo el repertorio de cuerdas y pianos existente en forma de dúos, tríos, cuartetos y quintetos.

Creadora del ciclo Todos al Escenario, entre otros trabajos, dejó más de 280 videos testimoniales del mismo y planea seguir trabajando a distancia. Fue Directora del Departamento de Música de Cámara del Instituto de Música y Danza de Salta y en estos días dialogó con Artenautas, sobre el estado actual de la Orquesta Sinfónica de Sata y las discusiones constantes que mantienen los músicos con las autoridades.

– Luego de 18 años te fuiste de Salta, ¿ qué pasó?

 – Simplemente me jubilé y el Departamento de Cámara Música desapareció. Me surgieron buenas oportunidades para seguir trabajando desde Buenos Aires así que volví a mi tierra.

 

-¿Cómo evalúas estas casi dos décadas de desempeño de tu profesión en Salta?

 – Tengo que hacer una brve historia . Entré en el año 2003, en el 2004 empecé a trabajar.  Muy despacio porque viajaba una vez al mes al Conservatorio Nacional de Música, hoy Universidad porque no querían que renunciara. Finalmente a los seis meses lo hice y ya me quedé viviendo en Salta.

Ahí encontré una orquesta a la que dividí en grupos y con la que trabajamos muchísimo. Se hizo Todos al escenario, Integración a las Artes, se me iban ocurriendo ideas, ciclos y los mismos músicos me entusiasmaban para hacerlas.

Estuve en el momento mejor de la Orquesta.

Entré en tiempos de Felipe Izcaray, luego la orquesta ganó un Konex en épocas de Gorelik, Marta Argerich fue tres veces a tocar con la sinfónica, por elección de ella entre todas las orquestas del país. El ciclo Todos al escenario, fue invitado varias veces al Festival Argerich y no pudimos acceder por falta de presupuesto, cuestión que pasa en todos los gobiernos, pero siempre fue muy reconocida la orquesta.

– ¿Seguís en actividad?

– Si. Ahora estoy en Buenos Aires pero pretendo que siga Todos al Escenario porque todos los músicos activos de Salta pueden hacerlo y porque está registrado. Es un ciclo conocido internacionalmente. Y yo desde Buenos Aires, con intercambios o no, puedo ayudar a que suceda.

– ¿Cómo ves el momento actual de la Orquesta con esta controversia de los últimos meses?

-Aún con todo este entusiasmo musical nos encontramos en un momento especial…y aunque esté lejos, estoy sintiendo en carne propia la lucha de la orquesta.

La orquesta está defendiéndose de ataques y críticas insólitas e incoherentes y además con un desconocimiento muy grande. Desde mi humilde lugar pienso que los músicos suavizan las cosas, son demasiado buenos y respetuosos porque la verdad, cuando una gestión no sirve, se tienen que ir. No es que sean malos, es que no saben. No saben lo que es una orquesta sinfónica, ni las leyes con las que se rige. Que los artistas están contratado con estabilidad permanente y no necesitan trabajar 8 horas.

¡Tampoco la orquesta sinfónica está para acompañar bandas! O sea se puede hacer música de todo tipo según la elección de los directores. Pero no se puede hacer una programación o que una secretaria o ministro se desagrade por una programación. Entiendo que los funcionarios deben gestionar los organismos, no al revés.

Yo ya estoy fuera de todo esto, no me lleva ningún interés pero lo que veo desde afuera es un descenso alevoso de la cultura en general, en literatura, en ballet y sobre todo un ataque innecesario e insólito hacia la orquesta de Salta. No entiendo ese encono, porque no hay motivo. A la orquesta hay que defenderla. Fue la orquesta que más trabajó en pandemia, lo hicieron denodadamente cada uno desde su casa y luego, subieron al escenario en grupos. Hay una directora que no fue nombrada, que sigue siendo interina, hay una ley…entonces ¿qué sucede?

Esto es absolutamente personal. Desde adentro, cuando aún estaba, también discutí y expresé mi punto de vista, porque no le temo a la verdad. Pero me parece que aquí también hay miedos, a quedarse sin trabajo por ejemplo…los miedos que llevan a veces a dejar pasar y solo quejarse pero así no sirve.

Creo que las personas que no saben, dignamente tienen que correrse de lugar.

Cuando partía me dio una inmensa pena lo que está pasando en Salta con esta gestión, se están equivocando mucho y es porque no quieren escuchar. Ojalá quisieran hacerlo pero bien, escuchar, aplacarse, reparar errores…

Mi deseo es que la orquesta vuelva a brillar como cuando era la mejor de Argentina. No en vano Marta Argerich la eligió para ser dirigida tres veces, en épocas del maestro Izcaray, eso no fue ningún arreglo, ella no arregla con nadie, ella busca a los mejores para actuar.

Deseo lo mejor para la cultura de Salta, mi corazón está allá, a 1.600 km y ojalá los funcionarios puedan reparar este error.

(Patricia Patocco/

fotografía de archivo de la entrevistada)