El sábado pasado se presentó el libro de poemas de Martín Palomino Salomón, denominado “El menú de las fieras”.
Una presentación diferente, con toda la imaginación puesta al servicio de correr a la gente del hecho artístico convencional que suelen ser las presentaciones de libros. Entonces hubo buena música, algo para picar y sólo lectura de poemas.
Un ambiente informal pero super cuidado, al mando del autor, que incluyó banda, una puesta en escena y amigos poetas leyendo junto a él.
Entre sus antecedentes poético/literario/periodístico están haber dirigido la revista del Aristene Papi, luego Atelier 13, “que duró dos números pero en los que colaboró mucha gente copada de Salta y Tucumán. Me gusta eso de trabajar en equipo, dejar la mirada de jerarquías y lograr un laburo horizontal, creo que en este tipo de obras se puede lograr.”
La poesía le interesa desde muy niño, aún antes de aprender a leer, cuando le quedaban dando vueltas en la cabeza algunas imágenes poéticas de lo que los adultos le leían.
Hoy, lee todo lo que llega a sus manos: psicología ( estudió algunos años de la carrera), espiritualidad, ensayos y poesía “ Empecé leyendo Becquer, por insistencia de mi abuela, pero no me gustaba tanto – se ríe- luego me gustó Borges, Osvaldo Lamborghini, Perlongher, Fogwill. Me gusta ese tipo de poesía fuerte, brutal hasta la médula…”
-¿Cómo surgió “El Menú de las Fieras”?
-Son poemas de los últimos dos o tres años. Vengo escribiendo desde los 18 y tipo 23 años quemé todo, creo que se salvaron cuatro frases. Lo ví como catarsis adolescente. Casi estudio Letras pero no lo quise hacer para que no me recorten mi manera de pensar o escribir. Después llegué a talleres literarios que me sirvieron para pulir mi voz.
A principio de este año ya consideré que estaba terminado. Me contacté con Lucila Lastero, que me hizo sus correcciones, le hice caso a casi a todos, porque esos dos meses de ida y vuelta fueron muy buenos. Luego Rodrigo España me escribió la contratapa, después Sergio Díaz me hizo los dibujos, luego Agustina Creche el diseño y luego, hablando con Pablo Karanicolas, de Crear, la impresión.
-¿Y su temática?
– Es un rejunte de historias que uno va escuchando y viviendo, o lo que uno ve y después hay mucha ficción sobre eso. Ir jugando con las palabras y ver cómo quedan y hacia dónde me llevan…
– ¿Tocás distintos temas?
– Si, la locura, el amor, la soledad, tratando de darle un poco la espalda al paisaje…si aparece que sea en una situación que no es “estoy en Salta en el pic nic” sino más bien más bien, “estoy en el cerro, en la iglesia y al lado, están matando gente, violando mujeres, desempleo…Salta”
– ¿También hay crítica a la sociedad de consumo?
– Si, por más que no me considero un iluso revolucionario, no tengo esa postura porque soy consciente de la época que vivimos, pero soy crítico. Claro que no como esos críticos de internet que se quejan de todo desde la comodidad. Es una estupidez que tenemos los argentinos, hablando mal de todo y sin hacer nada. Y creyendo que todo el mundo tiene un cuenta tu opinión…trato de escaparme de eso porque me aburre, más con este momento político argentino.
– ¿Cómo vivís este tiempo?
– Yo soy medio negativo. Era obvio que iba a pasar todo esto. Me encantaría que salgamos adelante pero no creo. Porque es la matriz argentina, de corrupción, de laburo en negro…es imposible de sacar, este país está armado así, para eso. No porque esté Macri o Cristina…para mí somos unos de los países más fascistas del planeta, todos los partidos de Argentina lo son. Todos son de derecha, aún la izquierda trostkista. Los peronistas, todos bajando línea, al lado de la iglesia católica, oscuros…
– ¿Y el feminismo?
– Y, me parece que es una oleada importante de frescura. Estamos aprendiendo mucho los hombres. Por más que en mi generación tengamos nuestras cosas, somos medios onanistas sí, pero el feminismo sí es una oleada de frescura para la Argentina. Ojalá no terminen cooptadas por otros organismos y tengan que transar…
Hacía falta , pienso que también el arte podría ser otro gran partido político, pero también hay mucho fascismo ahí, el arte militante, la trenza…el estado que ampara a algunos y a otros no…ves solo los que están de moda o llegaron cerca de alguno que tenga un cargo. En esta provincia tan peronista, si no lo sos te cierran las puertas.
A mis 15 años había ya leído mucho de política, había entendido bastante y me enojé con la política. Paso el tiempo, luego me afilié al radicalismo como a los 23 años y trabajé mucho, me dí cuenta que hay de todo, gente que te usa y de la otra.
– ¿Lees poetas salteños?
-Si, Walter Adet y Jacobo Regen, para mí están muy arriba. Obvio que también Dávalos y Castilla, me gustan las imágenes poéticas del Teuco Castilla. De la gente joven Laura Alvarez Chamale me parece que viene claramente, subiendo la vara de la poesía en Salta, Rodrigo España, Mario Saravia, estos últimos que no están editados todavía…pero hay muchos que me gustan. Hay muchos que no me gustan además, pero creo que está bueno que hagan, que la gente escriba.
– ¿Qué camino sigue El menú de las fieras?
– El desafío es la distribución, ahora lo dejo en las librerías que venden autores salteños pero también lo voy a mandar a una librería on line de Buenos Aires, que tiene una plataforma muy buena y con una distribuidora para todo el país, así que estoy muy feliz.
Me contactó una escritora peruana que escribe para una revista que se llama La Mula, me lo pidió para reseñar, así que me parece que me espera un camino nuevo, intenso. Estoy contento y sigo escribiendo. Vamos a ver cómo sigo. Mi trabajo de siempre, quizás una revista que está en proyectos y esto de la presentación y leer en público mis poemas, fue hermoso, como incendiarse.
– Por último, ¿qué es para vos la poesía?
– Y no se…podría ser la belleza. La necesidad de que quede planteada la belleza en el lenguaje, hablar de lo indecible. Creo que lo más cercano a lo que uno puede llamar Dios, es la poesía.
(Fotografía: Pablo Karanicolas)