NUEVA OBRA POÉTICA

El 9 de octubre venidero a las 19 hs  en la Casa de Salta en Buenos Aires, Santiago Sylvester presentará su nueva obra poética “Llaman a la puerta”.

Lo hará junto a Rafael Oteriño que presentará “Y el mundo está ahí”.

Santiago Sylvester es salteño, pero hace mucho dejó Salta, a la que retorna cada año. Desarrolló su obra entre Madrid y Buenos Aires: poesía, relatos, ensayos, antologías. Recibió diversos premios en el país y en España, donde edita cada tanto alguna nueva obra. Es miembro de la Academia Argentina de Letras.

Hace un mes atrás encontramos a Sylvester en la inauguración de una muestra plástica en Salta. La charla nos lleva a su asombro, de no ver muchas caras conocidas, como le pasaba hasta hace poco tiempo. “Y sí- comenta- es que Salta se hizo muy grande, hay mucha gente joven que desarrolla sus actividades y al no vivir acá, es lógico sentir que ya no conozco a nadie. También es un año particular, en el que nos han dejado varios amigos artistas y se sienten mucho las ausencias”.

Reflexivo, observador, Santiago no le da respiro a la creación propia, así que allí nomás comenta del nuevo libro que ahora presenta “Llaman a la puerta” y ante la consulta de cuándo lo presentará en Salta responde.

“En Salta no tengo previsto por ahora, tal vez en el verano, cuando vaya, o mejor a comienzos del año que viene. Tal vez para entonces ya esté un libro cuyas pruebas estoy corrigiendo, de ensayo, “Sobre la forma poética”, y entonces presentaría los dos”-

“Llaman a la puerta” es una obra poética con comparaciones entre el pasado y el presente, con indagaciones entre lo temporal y atemporal

-¿Son poemas nuevos?

-Son poemas que vengo escribiendo en los últimos tres años, más o menos, tal vez cuatro. He dividido todo el material que tenía en dos libros: éste, y otro que saldrá en España.

– La obra plantea en la mayoría de los poemas cierta ambigüedad: lo que fue/lo que viene; el que fuiste/ el que serás…¿ son dilemas ?

-Creo que es expresión de cierto escepticismo que he tenido siempre. No creo mucho en blanco o negro, en cara o seca, en Boca o River, ni mucho menos en lo dogmático. La vida está llena de claroscuros, y es ahí donde está esa aparente ambigüedad, que no es ambigüedad sino una opinión que defiendo con argumentos y cierta energía.

– ¿Un balance de lo vivido hasta aquí o deseos hacia el futuro?

-La vida vivida es una compañía inevitable; por suerte en mi caso no es mala compañía sino bastante interesante, y variada. En cuanto al futuro, como no sé nada de él lo lleno con proyectos. Algunos podré cumplir, otros no, pero esos proyectos de futuro sirven en realidad para entusiasmo del presente, que es donde solemos estar.

Son experiencias, seguramente, aunque las experiencias suelen llegar tarde, y así es casi ridículo hasta el nombre. Más bien se trata del aprendizaje que no acaba, que es siempre un expediente abierto.

Reproducimos el poema inicial de la obra:

(un poema llama a la puerta)

 

Que no le falte el aire

así aguanta las demandas del tiempo, las intenciones de Platón:

 

que esté apagado el televisor, que no griten los vecinos, que un

niñito no llore; que no coincida con un terremoto,

un golpe de Estado, una muerte próxima,

que el mundo nos permita recibirlo:

 

que un amigo pueda leerlo en su cumpleaños,

una chica ponerlo en Facebook;

que la emoción no lo derrumbe como a una bolsa de tierra,

que así sea hasta el punto final;

que no abuse de la paciencia, no exagere con dificultades y

sobresaltos;

que nos levante el espíritu hasta donde nunca el espíritu

llegaría solo.

 

Como todo lo que nos rodea, llama a la puerta entre obstáculos

y azar.