Hace poco más de un año, en un barrio de Salta, en plena pandemia, una joven de veinte años, ponía fin a su vida.
Carolina Pujol era su nombre.
Era poeta.
Una mujer sensible e inteligente que estudiaba filosofía y escribía poesía. Un tipo de poesía punk, contestataria, en la que criticaba seriamente el sistema en el vivimos: la hipocresía, los privilegios, los despidos laborales, los abusos, la pobreza. Mucho de lo que padecen los jóvenes y adultos en esta sociedad del siglo XXI.
Había sido una niña feliz y luego una adolescente desencantada con lo que veía.
Cómo se convierte una niña alegre en una joven con la tristeza adosada a su alma, es una extraña encrucijada que tiene que ver no solo con los derroteros personales sino sociales.
Porque Caro era una joven soñadora, rebelde, que abrazó toda causa que señalara las injusticias pero que a la vez fue objeto de injusticias y abusos, también. Solidaria, solía participar de varios sueños colectivos: colaboraba en merenderos, en bibliotecas populares y más. Abrazó el feminismo y participó activamente del cambio social que su generación estaba gestando, no solo en marchas, sino en recitales de rock, de poesía, en creación constante, pero fue herida por la violencia reinante y no lo toleró.
A partir de su muerte, su familia inició un camino de búsqueda de respuestas muy difíciles de hallar en estas circunstancias.
Sin embargo en este doloroso transitar, tomaron conciencia de la dimensión de su voz poética, del blog que escribía con tinta de dolor ( pajaybirra.blogspot.com) y alentados por una editorial de Tucumán, decidieron animarse a publicar algunos de sus poemas.
Ana Herrera, su madre, nos cuenta al respecto
“ El deseo de editarla vino a propuesta de la editorial “Inflorescencia”. Mateo Diosque dio un taller de poesía en Salta y conocía a Caro y quiso publicarla. Yo también tenía esa idea con los compañeros de filosofía, así que me pareció una buena opción . Juntos trabajamos en la elección de cinco poemas ( así es la colección Glitter, mini poemarios).
Quizás más adelante podamos editar más poemas”
«me pinchan la piel con dibujos
extraños
dibujos que no cuentan historias
sino que las tapan
piel está cansada y gastada
corroída oxidada podrida
supura y escupe sangre
en la cara de viejos rostros
rostros que aparecen y
desaparecen
en mi mente
en el sueño
en los pensamientos del domingo
viejos conocidos me recuerdan
que tengo que comprar nafta
y una cajita chiquita de
fósforos
y hacer un fuego
fuego que arde desde siempre
en mi cabeza
y ahora quiere salir a incendiar
tu casa
casas y edificios sin salida
me muestran en sus paredes
que tengo mala memoria
los graffitis me susurran cosas
hay algo más por destruir»
Más allá del duelo, que toda la familia sigue procesando, siguen apoyando al comedor de Villa Floresta que Caro ayudaba, con campañas de alimentos, ropa, festejos del día de Reyes y más.
“ Y ahora, publicar la poesía de Caro es honrar su memoria y sus luchas por hacer de este mundo un lugar menos feo y de Salta, una sociedad más vivible. Con ella coincidíamos en que ésta es una sociedad bastante hipócrita y ella lo toleraba menos que yo. Con su muerte, sigo en mi duelo, habiendo entendido muchas cosas después de su partida, perdonándome por lo que no vi o no supe y respetando su decisión. La extraño infinitamente cada segundo, pero siento que ella nos acompaña de otra manera, en la memoria, en mis flores, en la visita de mariposas y colibríes, en los cientos de fotos de su compu y en su poesía, sobre todo”
La edición homenaje a Caro Pujol se está realizando a través de una pre venta hasta el 10 de julio venidero, con la compra de la edición impresa se recibirá además en el correo la edición digital del libro, también a la venta en otras provincias. La entrega de los ejemplares se realizará a partir del 15 de julio.
Los interesados en adquirirlo, que con su compra ayudarán a llevar adelante esta publicación y apoyar más a autores, artistas y trabajadores lgbt+ . Pueden hacerlo ingresando al perfil: https://mpago.la/24NYcAq/ o solicitando datos al 3875015860 para el precio con descuento por transferencia directa.
(Patricia Patocco)
Foto: gentileza de editorial Inflorescencia