Crónicas PÁJAROS MESTIZOS

El fenómeno fue estudiado a lo largo de 40 años en las islas Galápagos, Ecuador. Los protagonistas fueron los pinzones, aquellos pájaros que ayudaron a Darwin para su teoría de la evolución por selección natural, allá por 1849.

Pero, en 1981 los científicos observaron por primera vez – en directo- cómo una especie se transforma en otra.

Notaron la llegada a la isla de un macho de una especie de ave no nativa: el pinzón de cactus grande. Vieron que se apareó con una hembra de una especie local, dando como resultado polluelos fértiles. Casi 40 años después, la descendencia, cerca de 30 individuos, continúa bajo observación.

“Es un caso extremo de algo que estamos empezando a notar en general a lo largo de los años. La evolución,  puede ocurrir muy rápidamente”, le explicó a la BBC Roger Butlin, experto en especiación que no participó en el estudio.

“Lo más interesante, es entender el rol que puede tener la hibridación en el proceso de creación de una nueva especie. Estas aves se comportan como una especie diferente –explica el científico- “No hay evidencia de que se reproducirán nuevamente con un individuo de la especie nativa. Pero incluso si lo hacen, ahora tienen un tamaño más grande y pueden explotar nuevas oportunidades.”

La investigación, tan simplificada aquí, fue publicada en la revista Science y replicada en los medios.

En Buenos Aires, sorprende por este tiempo la cantidad de inmigrantes de otras latitudes que llegan y se van afincando como pueden. Los comercios están llenos de empleados bolivianos, peruanos, colombianos y sobre todo venezolanos que trabajan de mozos, puesteros de ferias, vendedores de comercio, cuentapropistas que intentan sobrevivir adaptándose a nuestras costumbres, que añoran sus pagos, pero que empujados por cuestiones políticas y sobre todo económicas, vienen, se asientan y comienzan a traer a sus familias.

Si en el siglo pasado los inmigrantes llegaban de Europa, en especial de Italia y España,   Grecia, Turquía, Siria, Polonia, de la ex URSS, de Armenia, hoy los aviones aterrizan con asiáticos, africanos y mayoría de latinoamericanos.

Si se suma a la población indígena que en el noroeste del país alcanza un gran porcentaje, el mestizaje es cada vez más notorio en la Argentina, aunque el Presidente del país quiera desconocerlo y pintarnos en el exterior como la Argentina blanca, hija dilecta de Europa.

El mestizaje dio inicio a este país, con la violenta conquista.

Aunque se niegue estamos hechos de esa mezcla de costumbres veleidosas donde entra todo: la sahumada con el carnaval,  la pastasciutta con los niños envueltos en hojas de parra  y el tango con el pim pim, por señalar solo algunos detalles.

El mestizaje es nuestro santo y seña, lo que nos enriquece, diversifica y constituye el 60 por ciento de la población.

En este verano también, braman las olas marrones de los ríos Pilcomayo y Bermejo que nacen en la América profunda.

Esa desmesura de agua que levanta poblaciones y rancheríos, que perfora rutas aislando gente que ya vivía aislada en diversos parajes muestra una furia pocas veces vista.

Muchos no se quieren ir, se quedan a cuidar sus mínimas pertenencias, convencidos en su cosmovisión  “que el río quita y el río da”, con esa aceptación y desprendimiento del que nada tiene que perder, quizás porque no tiene nada.

Otra tragedia de los argentinos.

Solo que los que estamos de este lado del río, juntando agua y medicamentos para enviar,  angustiados por las noticias, intuímos (algunos lo saben bien) que se puede encauzar a la naturaleza con obras hídricas como corresponden a esta altura del siglo.

Como correspondería.

A los pájaros pinzones, el mestizaje les trajo evolución y mayor tamaño.

No tenemos su vuelo ni pertenecemos a distintas especies, solo somos mestizos, como toda América.

Ojalá se descubra en nosotros también cierta evolución: un mínimo de coraje, algo más de ingenio, menos corrupción y un mayor tamaño de la ética pública para quienes tienen posibilidad de decir y hacer. Y que lo hagan.

 

(Patricia Patocco, 6 de Febrero de 2018)