Darío Villalba está de parabienes y la poesía salteña también.
Hace pocos días se conoció que fue el ganador de los LXII Juegos Florales Iberoamericanos 2020, realizados en México con el trabajo “Confesiones de un Jardinero”
Participaron 148 trabajos y poetas de 60 países como parte de la tradicional feria de Ciudad del Carmen quien realiza ese festejo poético desde hace muchas décadas.
A comienzos de año, Darío Villalba obtuvo otro premio internacional, “Premio Hispanoamericano Gabriela Mistral” organizado por la Municipalidad de Vicuña y la Corporación Cultural de Chile por la obra “Tratado de arquería”.
Aún emocionado con la noticia, más en este año tan difícil que no toca vivir Darío Villalba comentó:
“Todavía no me mandaron el acta del Jurado pero sé que se presentaron trabajos de Argentina, Bulgaria, Colombia, Estados Unidos, Guatemala y México. Es un certamen que se realiza desde hace 62 años, pero recién el año pasado se abrió internacionalmente.
Había que presentar un poemario, sin tema específico, con un mínimo de 400 versos .
Para comunicarme la noticia de que había ganado, me mandaron un mail porque no entraba la llamada y a la noche ya se pudo hablar y bueno, fue hermoso escuchar tan generosas palabras.
Me dijeron que la decisión fue unánime, lo que me puso más contento todavía.
– ¿Toma otra dimensión este premio en tiempo de pandemia?
– Si, claro!! En este tiempo después de realizar las tareas de los colegios, puedo aprovechar para leer un montón y corregir mis libros, que es lo que me apasiona y es la parte que disfruto más. La pandemia me agarró en Córdoba, así que a la vuelta estuve en aislamiento 19 días hasta que me dieron el alta. Días de bendito encierro que aproveché con libros.
Presentamos un adelanto del nuevo libro:
El jardín
es la medida de todas las cosas
Con la calma de lo organizado
dispone parámetros iniciales
y una lógica de la perspectiva
Anuncia dónde se levantará la casa:
orientación y dimensiones
Modela el tipo de cercado incluyendo su altura
Impone verdades absolutas:
dónde estará la entrada
los costados
y la parte trasera que acumula lo estropeado
El jardín
es la medida de todo:
nos dice de qué tamaño
será el hombre
II
El jardín
es una forma de la memoria
Mientras lo que enterré florece
me ocupo para que insectos el viento y los aguaceros
bailen en él así
podrá ofrecer pruebas sonoras de su existencia
Recién entonces se alojará
en aquel lugar reservado para los recuerdos
Ése es mi trabajo:
hacer
que la memoria cante
III
¿Qué es lo que proporciona insistencia
al musgo contra la piedra?
¿el peso de la humedad?
¿exagera la convicción de su pereza?
¿oculta el verde aquello que las discusiones en la biología aún
no pudieron esclarecer?
Ahí está el musgo sobre la piedra
con irreversible tenacidad
obstinado en el intento de enseñarle a la piedra
cómo abrazar
IV
Mi mano ya no sostiene
con la misma firmeza las herramientas
Del ojo derecho
la visión se ha despedido y está a días de irse del otro:
los aromas del jardín son mis puntos de referencia
Ante la amenaza de sol
un sombrero de paja resguarda el lugar
donde antes abundaba mi cabellera
No puedo defenderme:
soy lo que huye
V
Carezco de las habilidades necesarias para vivir en sociedad
En la parada del colectivo
soy incapaz de detener alguno
Cuando vienen a cenar a mi casa
me pierdo en la cocina
y si logro encender la hornalla
me quedo horas mirando la rosa de su fuego
De las compañías
valoro el silencio
Todas mis habilidades y fuerzas despiertan
cuando cierro los ojos:
el jardín
es un regalo de mi imaginación