El domingo se deshace lentamente. Es la hora en que algunos se deprimen, otros ven futbol y quien tiene trabajo, empieza a pensar en su lunes.
Vísperas del día de la mujer, la jornada que seguimos recordando tan confusamente, entre marchas, carteles, manualidades, flores y mensajitos en los que perviven los homenajes insólitos, sobre todo de parte de algunos funcionarios, campeones en imaginar las formas más extrañas para hacernos creer que están en órbita.
¿Bancos rojos?, ¿salutaciones floripondiosas en los diarios de parte de sindicatos?
No es por ahí. No quieren entender que en la formación sostenida, el aprendizaje, en la justicia real y a tiempo están las claves. Pero claro, es que para ver eso se necesitan catalejos, es a largo plazo, no da para la urgencia de la foto y el like que necesitan los políticos.
Eran las vísperas – decía- y en el deambular de la lectura por internet me sorprendió la superposición de dos hechos que sucedían en Salta, casi en tiempos paralelos, pero en esa extraña disonancia de las redes, donde se salta de tema en tema
Por un lado en la Usina Cultural se transmitía en vivo la elección de la reina Drag Queen.
Los Drag Queen tienen una historia de siglos, antes llamados transformistas, personas que hacen un espectáculo en el que cambian el atuendo y adoptan ademanes, satirizan, cantan, bailan o hacen humor. Puede ser hombre, mujer, homosexual, travesti que se transforma en un personaje andrógino y hace humor con las divisiones de género, con política o lo que fuera. Son espectáculo de larga data en el mundo que acá se van adaptando a la realidad y que con los movimientos queer en alza, se fueron sofisticando cada vez más.
En la elección de la reina local, sorprendía el vestuario, las pelucas, el maquillaje, el gran nivel de producción, aunque falte algo de originalidad performática. Es un espectáculo y como tal implica trabajo para la gente que participa. Bien por eso, pero, ¿otra vez las elecciones de reinas con todo lo que entrona y simboliza?
Ya sabemos, una elección de reina – por más que sea de niñas, estudiantes o ancianas, es un camino de involución, esto también incluye a las disidencias y a los drag queen porque no construye ni aporta a la equidad. Es una forma muy instalada en el sistema patriarcal que refuerza los estereotipos que han hecho tanto daño social, suman a la cosificación, reproducen el disciplinamiento en pos de la belleza, de los artificios, del “ser” para otros, cuestiones en apariencia inocentes que están en la base de las violencias.
El Estado apoyó efusivamente el espectáculo. Y está bien sobre todo en el caso de la Secretaría de Cultura tan criticada por el escaso apoyo económico a los artistas durante el 2020 y la casi nula partida de recursos económicos que se asigna desde el Gobierno Provincial a esa área.
Entre los efectos de la pandemia está el retroceso en fuentes de trabajo, se calcula que para fines de 2021, el avance de las mujeres en el mercado laboral volverá a los niveles del 2017.
Hay una pobreza económica y laboral generalizada. Sumemos a este dato la gravedad de lo que pasa en el colectivo travesti: la ausencia de oportunidades laborales, la necesidad de dedicarse a la prostitución para sobrevivir, los travesticidios…en fin, si estas elecciones de reinas sirven para paliar algo de esto, bienvenida sean.
Pero el encuentro se presentó como un canto a la libertad. ¿Cuán libre o desafiante es? ¿No basta con un reconocimiento al hecho performático, al arte que cada cual pueda desarrollar?
Las mujeres ya hemos transitados esos caminos y no han sido gratuitos ni positivos.
Miéntras tanto, en otro lugar del macrocentro de la ciudad, justamente a esas horas, se conocía la tragedia que enlutó el 8M. El tercer femicidio en la provincia en el 2021. La joven de 28 años, que según las primeras investigaciones habría muerto torturada en un caso de trata o prostitución vip. Todo en investigación por estas horas, pero se sabe que la mujer asesinada deja a otro niño huérfano.
La violencia campea en cada ámbito de la vida pero como una gran ola de barro está ensañada contra las mujeres y disidencias.
No basta con observarla y mostrar estadísticas.
La tarea es social pero también íntima, individual, de aprendizaje y reflexión. El Estado en todos sus estamentos tiene un rol central, debe ostentar cierta coherencia e inversión real en educar al soberano. También los ciudadanos tenemos a esta altura, la obligación de aprender sobre estos temas para desarrollar el sentido crítico.
Todo junto en la duermevela del domingo casi lunes, las situaciones que pueden verse con una lupa y las que se ven solo con un catalejo. Con esta sensación inoportuna de las disonancias extravagantes de nuestra realidad.
Hay muchas más. Las comparto para la reflexión conjunta.
(Patricia Patocco, 13 de marzo de 2021)