Esteco
DEL MITO A LA REALIDAD

 

El Museo de Antropología de Salta (MAS) presenta, por primera vez, una parte del material recuperado en las innumerables investigaciones realizadas en los sitios Esteco I y en Esteco II durante los últimos veinte años.

A partir de hoy se podrá disfrutar en forma virtual, por medio de fotografías, en las redes sociales del Museo: Facebook (Museo de Antropología de Salta) e Instagram (museodeantropologia).

Asimismo, la exposición ya está montada físicamente en el Museo, a la espera de la reapertura al público. La muestra está compuesta por 60 objetos y fragmentos, como elementos de facturación indígena y elementos importados de Europa, entre otros, que dan cuenta de la diversidad de la población que habitó esta región.

Sobre Esteco I y Esteco II: Del mito a la realidad
Nuestra señora de Talavera o Esteco I fue una de las ciudades hispanas de la Gobernación del Tucumán, fundada en 1566/7 hacia el interior del Chaco salteño, en las actuales cercanías del paraje El Vencido, Salta.

Al poco tiempo de su fundación oficial por parte de la Corona española, se convirtió en un importante centro agroproductor de materias primas y por la cría de ganado chico y grande. La ciudad se sostenía bajo el sistema de encomienda mediante el cual, se ofrecía el servicio gratuito de los indios en las tierras agrícolas.

Como nodo central en el Camino Real, que conectaba a la Gobernación con el Alto Perú, desde Esteco, se comercializó tanto materias primas como objetos elaborados, por dentro y por fuera de la Gobernación. Entre sus productos más importantes se cuentan vides y algodón con el que confeccionaban las mechas para las velas.

Esteco fue contemporánea con otros emplazamientos españoles a lo largo del territorio efectivamente ocupado del Noroeste argentino. Asimismo, sus pobladores formaron parte de las huestes fundadoras de otras ciudades y villas de la Gobernación. Los vecinos de Talavera intervinieron en la Fundación de Córdoba (1573), de Salta (1582), de La Rioja (1591) y de la Villa de la Nueva Madrid de las Juntas (1592), esta última, con quien compartirá territorio y con quien se fundirá para formar una ciudad.

La población de Nuestra Señora de Talavera fue un conjunto muy diverso. Hacia fines del siglo XVI cohabitaron en Esteco tanto españoles peninsulares como americanos, individuos “destas tierras”, montañeses de la Gobernación y de fuera del Tucumán, extranjeros- en su mayoría portugueses dedicados a trajinar, viandantes, comerciantes, esclavos africanos e indígenas, tales como los lules, ules, xuríes, tonocotés, etc.

Pasados los cuarenta años de su existencia, la ciudad debió ser relocalizada y se decidió su traslado a un nuevo asentamiento 100km al noroeste. En la nueva localización fue refundada con el nombre de Nuestra Señora de Talavera de Madrid por haberse fusionado con la Villa de Madrid de las Juntas, aunque local y popularmente se la conoce como Esteco II.

Entre las causas que justifican esta mudanza, desde los documentos oficiales podemos considerar: el abandono de la ciudad por parte de los vecinos, cambios a nivel geomorfológico, que incluyen variaciones en el cauce del río y la aparición de salitre en la ciudad, que destruía las viviendas construidas en adobe, y cambios más estructurales como la modificación en las vías de circulación y el descenso de la población indígena, tanto por enfermedades como por las actividades forzadas a las que era sometida.

Para finales del siglo XVII esta ciudad dejó de existir como tal y pasó a la historia local regional como la ciudad “maldita” o como la Sodoma y Gomorra del Noroeste argentino: un terremoto acabó con ella el 13 de septiembre de 1692. Castigos bíblicos, vanidad, lujuria y opulencia se cuentan entre las posibles causas de la catástrofe que hundió los cimientos que aún quedaban de la ciudad.

Sin embargo, para entonces, finales del siglo XVII, Esteco II había devenido en una pequeña población fortificada, habitada solo por un puñado de soldados que resistían los sucesivos ataques de las poblaciones originarias chaqueñas.