Entre los múltiples homenajes que se vivieron por estos días en Salta con motivo de los 100 años del natalicio del Cuchi Leguizamón, todos muy buenos, hubo uno especialmente emotivo.
Se desarrolló en Casa de la Cultura el día 28 de septiembre, y reunió en el escenario a varios músicos notables, convocados y organizados por Carlos Vargas, que realizó un enorme esfuerzo junto a amigos y algún aporte de la cámara de diputados, para que los músicos que no viven en Salta, vinieran a participar.
El espectáculo se llamó “Me voy quedando” y contó con la presencia de la pianista y compositora Lilian Saba, una estudiosa de la obra de Leguizamón, luego cantó Sara Mamaní, con su personalísima voz, la gran Melania Pérez que maravilló a la platea con su voz y amplios registros, Juan Carlos Marín y su prodigioso bandoneón, quien interpretó temas propios, Mariana Carrizo con su picardía y sus inefables coplas en las que recordó a otro amigo del Cuchi, Perecito e interpretó una zamba y finalmente Chacho Echenique, uno de los integrantes del mítico Dúo Salteño, armonizado por Leguizamón y que contribuyó a llevar a todo el país, la composiciones del Cuchi. Hubo charla con el público, detalles de primera mano de aquella época, recuerdo emocionado para Patricio Jimenez el otro integrante del dúo. A las interpretaciones de Chacho se sumó el piano increíble de Leo Goldstein, uno de los representantes de las nuevas generaciones que también adoran la música de Leguizamón.
En el escenario también estuvieron presentes los bailarines Brenda González, esteban Cárdenas y el músico Cristian Godoy, así como el muralista Jesús Flores Walpaq, pintando una obra finalmente obsequiada a Echenique.
Uno de los momentos más vibrantes fue cuando Echenique dedicó su último tema “Elogio del viento” a Santiago Maldonado y en la sala se preguntó a viva voz “¿Dónde está Santiago Maldonado?”.
El público emocionado, llenó la sala y cantó, junto a todos los artistas “La Pomeña”, quizás el himno de Castilla y Leguizamón, que ya es de todos los salteños.
“Me voy quedando” recorrió a través de la presencia de músicos notables, las piezas más famosas de Leguizamón y pese a que no fue el espectáculo más prolijo que pueda haberse visto, los duendes traviesos de las melodías y de una época que ya no existe estuvieron presentes en el escenario y brindaron a todos los asistentes la oportunidad de asistir a un momento histórico, a un encuentro de grandes músicos, compositores y cantantes, varios de los cuales compartieron tiempo y amistad de un músico excepcional.
Quizás, por la dimensión de los artistas convocados, hubiese sido interesante que la Secretaría de Cultura, los hubiera incluido en la grilla de espectáculos gratuitos y en un lugar al aire libre para que mucha más gente hubiera disfrutado de esta reunión de notables, en un día histórico. ( P.P.)