Jesús Casimiro, artista textil
SECRETOS DE LA TRAMA CALCHAQUÍ

 

Jesús Casimiro, el artista textil oriundo de Luracatao está en Salta capital por un breve fin de semana, para dar un curso en el Espacio Cultural Cebil de Vaqueros, un sitio que se va perfilando como un lugar ideal para la expresión de talleres de raigambre andino calchaquí apuntando a re enseñar las matrices culturales de Salta: el canto, la baguala, el tejido y mucho más.

Casimiro reparte su tiempo entre el arte, diseño y la investigación. Así, editó tres libros “Tramarte”, “Arte Calchaquí. Buena vibra de la fibra” y “El arte del telar horizontal: Manual de tramado calchaquí”, donde recorre las técnicas en honor a la zona vallista, llamada faz de trama calchaquí. CD, mini cursos en you tube y su página web completan su comunicación con el público y los alumnos.

Moderno a la hora de rescatar sus raíces, con colores que explotan los sentidos y creaciones únicas en las que intervienen muchos y diversos materiales, Jesús Casimiro se prestó al diálogo con ARTENAUTAS, con la tranquilidad de quien lleva la paz de sus paisajes en el alma, aunque estaba entre San Carlos y su breve estadía en Salta capital organizando muchas cosas a la vez y comentó lo siguiente sobre su interesante y prolífica tarea.

-¿Cuándo empezaste a hacer tapices, cómo aprendiste?

– Aprendí a los 14, 15 años, en mi comunidad. Soy de Luracatao, del departamento de Molinos, en Salta. Aprendí a través de un vecino, el artesano Ignacio Morales la técnica de la frazada como la técnica de la faz de trama, una traducción  de una práctica oral que se ha desarrollado durante mucho tiempo en los Valles Calchaquíes. La conceptualización de la técnica permite que la misma pueda adaptarse a expresiones plásticas contemporáneas.

Cuando viene la colonización trae los telares horizontales, después de eso se mecaniza y luego se industrializa. Lo que yo hago es hasta dónde llega la urdimbre de la trama, hasta dónde se industrializa y deja de ser un trabajo manual. Yo sigo trabajando manualmente en las obras, pero industrialmente se hacen las estampas. Combino lo tradicional con lo moderno, por una cuestión estética.

-¿Seguís aprendiendo?

– En realidad es una técnica que nunca se termina de aprender, sigo haciéndolo. Se aprende por prueba y error y salen técnicas muy propias, en el 90 por ciento de los casos es así.

Me perfeccioné en la ciudad de Salta con el artista Francisco Cruz, entre otros. Luego viaje a Buenos Aires, donde me relacioné con los artistas del CAAT (Centro Argentino de Arte Textil). En enero de 2014 acompañe a la delegación argentina a la Feria de Turismo de Stuttgart, donde expuse mis tapices y expliqué las distintas técnicas del tapiz. En el año 2004 viajé a Francia, para la Semana Argentina en Lille, como único representante de la artesanía textil de nuestro país. En Paris expuse mis obras en el Salón Argentino de la Embajada. En ese mismo viaje di una clase magistral sobre técnicas textiles en la Embajada ante representantes de galerías de arte y personas relacionadas al arte textil. Ese año también viajé a Bolivia invitado por la Embajada Francesa para un Seminario Latinoamericano de Técnicas Textiles y Arte Contemporáneo, representando a la Argentina.

– ¿Mezclás tus técnicas con otras provenientes de otras disciplinas?

-Yo me caracterizo por hacer tres estilos o formas de trabajo. La parte más comercial que son tapices clásicos con paisajes del noroeste argentino. Luego está la pintura rupestre que son más artísticos y luego las obras conceptuales que están dentro del arte contemporáneo donde se mezclan las distintas técnicas. Uso metales, lanas, cuero, telas, cenizas, estiércol, combustible…muchas cosas que normalmente no están concebidas para el tejido.

Y uso diferentes formatos así como el tapiz, la instalación, la escultura y también los llevo a escenografías.

Pero el proceso creativo depende de las distintas épocas.

Anteriormente hacía algún bosquejo y luego alguna marcación de un punto estratégico en la urdimbre y últimamente solo aplico el concepto y el material…después se hace un diálogo, pero no tengo diseño, no tengo ningún boceto para empezar cada obra.

Siempre parto desde el concepto primero y va a depender si tomo un formato, un material o los colores nuevos. Todo parte de eso, sería la parte más creativa y lo que estoy haciendo actualmente.

– ¿Con qué conceptos elaborás tus obras?

– Atravesé varias etapas. En los primeros tiempos mis conceptos se basaban en la vida salvaje de la Puna o de los cerros de Luracatao: el cóndor, la llama, la vicuña, los suris, me gustaba reflejar la vivencia salvaje. Después tuve una segunda etapa en la que me gustaba reflejar un estilo más costumbrista como ser la siembra, la cosecha el viento, los quehaceres cotidianos de aquí…La etapa siguiente retrataba trabajos sobre temas sociales como los actuales y sobre los pueblos americanos, el tema ambiental y dentro de él, el impacto, los elementos contaminantes y de por qué sucede esto.

En el último tiempo estoy trabajando con la filosofía andina vallista basada en los colores del wiphala, donde está conjugado el pensamiento, la medicina, la actividad agrícola, la sabiduría, la energía, la flora y la fauna, la medicina y la organización social y agrego un color más, el negro para tener una pertenencia más propia.

-¿Donde enseñás?

– En este momento estoy enseñando una técnica que llamé Luracatao pero no tengo taller allí. El movimiento pienso hacerlo en el Espacio Cebil, formar como una escuelita que siempre esté funcionando ahí, vamos a intentar hacerlo.

Hasta la semana próxima puede verse mi muestra en el Museo de San Carlos. En Salta por ahora no tengo programada una exposición pero puede surgir en cualquier momento

Los trabajos se consiguen por la página www.tramaalchaquí.com.ar donde se ven la mayoría de mis realizaciones, las prendas, los chales, los libros y las obras de tipo más escultórico.

(Patricia Patocco)