Julieta Laso
“EL TANGO ES TAN MACHISTA COMO OTROS GÉNEROS, PERO TODO SE VA TRANSFORMANDO”

 

La Caldera es el tercer disco solista de Julieta Laso, actriz, cantora y sobre todo intérprete que viene aportando su personalidad a los escenarios argentinos hace varios años. Es que el porte de su voz y la intensidad de lo que transmite le dan un magnetismo particular que sorprende gratamente a quien la escucha. Sus anteriores producciones solistas, Martinagala y Tango Rante  la fueron colocando como una de las artistas magnéticas de la escena nacional

Sus orígenes musicales provienen del tango. Integró el Cuarteto La Púa y luego la Orquesta Fernández Fierro, años en los que fue su transición del tango tradicional, arrabalero hacia otros estilos musicales que hoy, la hacen sentir más plena.

Desde la pandemia sentó sus bases en Salta y desde aquí le da rienda suelta a la creación y a la audacia en la elección de su repertorio, pero también a la actuación. Por caso fue la protagonista de Terminal Norte, el documental que Lucrecia Martel filmó en tiempos de pandemia, relatando ese tiempo junto a otras músicas, en contacto con la naturaleza, desde un lugar contemplativo y en sintonía de tertulia, camaradería y sororidad.

Está feliz de haberse afincado en el norte, donde encontró un mundo desconocido – dice en la primera entrevista que da en Salta  y que se puede escuchar completa en Spotify, en el podcast GEMAS.

“Sí, empecé con el teatro desde muy chica, era mi sueño- dice Julieta- pero tuve algunas experiencias que me fueron alejando un poco y alguna crisis al respecto porque no veía bien mi camino. Fue casi azaroso llegar al canto porque en una obra tenía que cantar un tema y ahí conocí a músicos que me vincularon con el tango y me ayudaron mucho, a partir de ahí empezaron a fluir muy bien las cosas, a la semana de estar cantando me salió la oportunidad de grabar y viajar a Australia . Pasaron más de diez años de esto y voy muy feliz. Utilizo mucho en el escenario mis condiciones histriónicas porque gusta mucho vivir con el cuerpo las sensaciones que me provoca la música”

– ¿Cómo fue el desafío de cantar en la Fernández Fierro, una orquesta consagrada e integrada exclusivamente por hombres?

– Si lo hubiera pensado mucho no lo hacía. Fue algo que me cambió la vida porque si bien cantaba tango no había viajado por el mundo ni había participado en festivales. Estaba acostumbrada a trabajar con hombres porque era lo que pasaba en el circuito tanguero, igual no fue fácil hacerlo con 16 hombres, pero una situación muy positiva. Recién ahora, en todas las formaciones que integro la cuestión es mixta pero aquella fue una experiencia entrañable para mí. Cuando los dejé estuve muy angustiada durante dos meses, era la pena, amé ese proyecto pero quería venir a Salta y aquello exige un compromiso de trabajo muy fuerte.

 

A partir de allí llegó la explosión de su trabajo solista. Zambas, cumbias, valses, temas populares re versionados, elegidos muy cuidadosamente por Julieta que debe sentirlos realmente antes de interpretarlos.

“Yo no compongo, pero sí planteo los temas de los que quiero hablar a ciertos compositores que me encantan y canto eso, solo lo que me gusta. Busco mucho de las personas que escriben ese toque poético imprescindible”

 

En Martingala siento que los temas hablan mucho de mí, en cambio en La Caldera hay temas nuevos, algún vals y versiones de viejos temas que quería cantar.

“Vengo del tango que me salvó un poco la vida. No me hallaba en mi profesión de actriz, no arrancaba para ningún lado y el tango me puso en un lugar, me dio seguridad y un montón de cosas. Lo amo, siento que lo voy a cantar siempre. Pero quería probar otras cosas y hay tantos géneros maravillosos que porque me iba a privar de cantarlos, no?

 

Julieta es una confesa feminista y sin embargo ama el tango, una música de un tiempo diferente en el que subyace siempre el machismo.

 ¿Cómo compatiblizás esas dos pasiones?

– Hay un cliché también de que el tango es lo más machista que hay y yo digo que es como todo, pensemos en el folclore o en el rock, el tango no es más machista, es de otra época… y bueno….se están transformando las cosas.

Encontrarme con el movimiento feminista a mi me hizo mucho bien, antes no me hacía algunas preguntas quizás muy básicas que recién ahora me las hago…llegué a este movimiento a través del tema de la Ley del aborto, luego la Ley de cupo en música que por supuesto no es lo que uno sueña, pero dado como es el mundo actual necesitamos eso, son herramientas que funcionan, la Ley de cupo trans también es necesaria!!!

 

Amante del cine, de la poesía, de las plantas, le encantan las reuniones y tertulias “No me aburro nunca, en esta etapa la curiosidad y la aventura permanente me hacen aprender cosas continuamente. Mi pareja y yo somos fanáticas de ese tipo de reuniones en las que llamás, vienen y se canta, se toca en vivo…un poco así salió Terminal Norte, donde soy una especie de anfitriona en ese documental de 34 minutos que se puede ver en forma gratuita desde la plataforma Contar.com.

– ¿Tenés tus rituales para escuchar música?

– Si, ahora que me estoy poniendo grande (ríe), bueno yo ya nací grande, nací viejita, anticuada así que empecé a escuchar vinilos y es increíble la diferencia. Me gusta el folclor de todos los países, la música latinoamericana, me encanta Favio, Sandro, la uruguaya Luciana Mocchi, soy bien ecléctica.

 – Juli, a esta altura de la vida podés detectar tus demonios?

– Si, los tengo detectados…esas pequeñas trampas que son muy poderosas. Pequeñas cosas a las que les presto mucha atención, a mi cabeza, a mi emocionalidad. Estoy muy atenta porque de esas cosas oscuras también salen cosas maravillosas. Es esto estoy. Creo que mi dificultad más grande tanto como mi don- si se puede hablar de ello- salen del mismo lugar, también es una zona luminosa.

El futuro de Julieta Laso se juega ahora en Salta, pero desde aquí hacia el mundo. Presentó La Caldera en Buenos Aires en octubre pasado y de allí en más va a iniciar una gira por todo el país.

 

(Patricia Patocco)