Netflix y Spotify hacen furor.

Son los nuevos soportes para ver películas, series de TV o escuchar música más fácilmente. Sobre todo entre los jóvenes, obviamente, pero también entre los más grandes, que hemos encontrado innumerables ventajas en esto de que el consumo cultural lo siga adonde uno va, a través de internet.

Películas, documentales y series a disposición. Entre las series, hay muchas interesantes, que funcionan como las novela, terminan en el momento más dramático, pero acá no hay que esperar mucho. Por lo general de cada serie hay varias temporadas así que uno puede dosificar según su conveniencia y su ansiedad.

De un tiempo a esta parte “The Walkin Dead” ( de 2010, aunque siguen las tempordas) está a la cabeza de las preferencias de los adolescentes.

La historia se sitúa en un mundo post apocalíptico y está protagonizada por Rick Grimes (Andrew Lincoln), un oficial de policía que al despertar de un coma se encuentra con un mundo que ya no existe, repleto de zombis salvajes (denominados “caminantes”). El caos se ha apoderado de la ciudad debido a que inexplicablemente los muertos caminantes dominan las calles.

Ver un pedacito es asomarse a un mundo de muertos vivos, de zombis en estado puro que comen seres humanos. Hombres y mujeres sin cerebro…solo con un cuerpo que pide otros cuerpos.

La gente, los sobrevivientes de la especie humana huyen y buscan desesperadamente vivir, encontrarse, construir alianzas. Así se desarrolla toda la serie…drama, sangre y violencia.

Sin embargo hay un subtexto. Los humanos – en su afán de supervivencia- desarrollan otras formas de relación y de cooperación. Buscan construír otro tipo de convivencia en el afán de protegerse e instaurar otro orden en el mundo. De eso se trata finalmente.

Del otro orden mundial que hay que construir.

Fue escrita y publicada como historieta en 2003 . Sin embargo The Walkin Dead parece una paradoja de nuestro tiempo, con Donald Trump y todo el revuelo mundial que armó su llegada al poder.