Por Gastón Espeche
Sarah Marie Kane nace en 1971 en Essex, Inglaterra. Al principio, desea escribir poesía hasta que se embarca de lleno al teatro que “no tiene memoria, lo que la hace la más existencialista de las artes” con la esperanza de que alguna vez alguna imagen se grabe a fuego en su mente. No logra dar con ninguna obra que le guste actuar o dirigir, entonces decide ponerse a escribir por su cuenta.
En 1995, se estrena Blasted, que se traduciría a nuestro idioma como reventado o devastado; el sitio donde cayó una bomba, por ejemplo. Genera mucha polémica por las escenas representadas allí (violación, mutilación, suicidio, racismo, la muerte de un bebé, etc). Según Kane, el giro que le da sentido a la obra, surge cuando vio la filmación de una mujer de Srebrenica, durante la guerra de Bosnia, gritando por ayuda a las cámaras. El vínculo entre una violación en una habitación de hotel y el infierno de las masacres en Srebrenica, Sarah Kane lo ve palpable: “uno es la semilla y lo otro es el árbol(…) Nuestras vidas pueden romperse de un momento a otro sin previo aviso.” Sin embargo, Blasted es en definitiva una historia sobre la búsqueda hasta el extremo de la salvación.
Escribe El amor de Fedra, una adaptación de la clásica tragedia de Séneca. En ella podemos encontrar los diálogos más agudos, mordaces y más cínicos de sus escritos. Kane se refiere a El amor de Fedra como “mi comedia”.
Es en Ansia, donde la dramaturga finalmente logra dar con su estilo más acabado, mostrando su madurez como autora dejando de lado las representaciones cruentas de violencia. Cuatro personajes, cuatro voces que sólo llevan por nombre una letra: A, B, C y M; dejando a criterio del público la identidad de cada una. Inspirada en La Tierra Baldía de T.S Elliot y el antiguo testamento, de pronto Sarah Kane se pone lírica. Compone esta “obra” que se leería facilmente como un poema polifónico, aunque no deja de ser “teatralizable”. Una poesía descarnada sobre la pérdida del amor, el ansia de reecontrarse con aquel perdido objeto de deseo y, finalmente, su eventual muerte y liberación.
Finaliza en 1998, Psicosis 4.48, acerca de un brote sicótico. Lo que sucede en la mente de un sicótico cuando los límites de lo real y lo imaginario se disuelven. El mundo de los sueños y el mundo real se mezclan convirtiendose en algo indistinto.
Acerca de sus trabajos enfatiza en su última entrevista: “En resumen, son acerca del amor. De la supervivencia y de la esperanza”. Su búsqueda siempre fue consolidar la forma y el contenido en una sola cosa.
A comienzos de 1999, Sarah Kane se interna voluntariamente en una institución siquiátrica, a causa de una eterna lucha contra una depresión que la aquejaba. Una madrugada, la enfermera no la encuentra en su habitación, y al empujar la puerta del baño descubre que se había colgado del picaporte de la puerta con el cordón de sus zapatos. Tenía 28 años. Escribió cuatro piezas teatrales, una adaptación y un guión para un cortometraje.
Ansia (1998)
A Mi vida no es nada especial,
C Un río de eventos azarosos como cualquier otra,
A Un río hacia un océano salado que duele, duele, pero no mata.
M Para mí estás muerta.
B Un acto de amor.
C No eres mi madre.
A Somos muchas cosas.
B Algo hubo.
M Pero nunca diría que estuvimos enamorados.
B La encontraste
A La amaste
C La perdiste
M Fin.
Teatro
Reventados (1995)
El Amor de Fedra (1996)
Limpios (1998)
Ansia (1998)
Psicosis 4.48 (2000)
Guiones
Skin (1995)
(Agradecemos la colaboración del autor de esta nota)