“Siempre digo que tengo alma de rock y de Pachamama. Estoy intentando lograr combinar esas dos pasiones. Pasa que en la iglesia a la que íbamos no podía escuchar otra música que no sea la cristiana. Había más prohibiciones, claro, así que igual me escapaba de todo eso y como algunos amigos me prestaban casetes o CD, lograba escuchar todo eso que no me estaba permitido: Charly, Spinetta, Celeste arvallo y siempre Mercedes Sosa”- dice Verónica Méndez, multi instrumentista y cantora, autora del tema Niños de los Andes, que recorre festivales internacionales con su crítica al hallazgo y posterior exhibición de los niños del Llullaillaco, lo que denomina “una verdadera profanación”.
Toca el acordeón a piano – instrumento que la enamoró de chiquita, pero también la guitarra, el ron roco, percusión y sobre todo canta y compone.
Su incursión en la música comienza en una iglesia evangélica, acompañada por sus madre, donde dio los primeros pasos musicales pero con la visión puesta en que la música solo debía ser para la religión. Allí vio por primera vez un acordeón a piano, tocado por una mujer y dice que “Fue amor a primera vista. Hasta que logré que me compraran uno, empecé a tocar de oído otros instrumentos de percusión y al entrar a la adolescencia me compraron por fin un acordeón a cambio del compromiso de usarlo y cantar en la iglesia, aprendí a tocar los demás instrumentos mirando y haciendo cursos breves, solo estuve seis meses en la Escuela de Música, pero no puedo parar de tocar y aprender. Pero mi instrumento principal es el acordeón y la voz. La música fue mi faro, y es siempre mi luz, me salva siempre en los momentos oscuros”
– ¿Quién es Mariana Baraj en tu vida?
– Hoy Mariana es un amiga muy querida y sobre todo una referente de la música y de mi vida. La conocí de casualidad- si es que existe- Me pasó que a partir de los 23 años tuve una gran ruptura, me alejé de la iglesia, guardé el acordeón, me alejé de la música y no toqué por un buen tiempo. Yo tenía la consigna de que no podía tocar otro tipo de música que no fuera religiosa, en esos instrumentos que estaban bendecidos. Ahí tuve la oportunidad de ver a Tonolec y justo la habían llevado de invitada. No la conocía pero Mariana empezó a tocar y me voló la cabeza su fuerza, su presencia y la expresión del folclore que logra.
Empecé a escucharla y me doy con que vive en Salta, me contacté con Mauro Rodríguez, marido y manager, hice un curso con ella y ahí comenzó creo, mi segunda etapa musical. Me encontré con una música muy generosa, cálida, una de las más grandes referentes del folclore latinoamericano.
Verónica es compositora y entre sus temas, uno de los más emblemáticos es “Niños de los Andes”, la letra está compartida con Paula Costas Czarnecky, mi pareja, que me ayudó a construirla. Surgió luego de un viaje a Tolar Grande, cuando me invitan a un encuentro de comunidades Collas, de la que participaron muchas mujeres caciques. Vivimos allí una experiencia muy reveladora. Yo ya venía estudiando los símbolos y los rituales de la cosmovisión andina y me sirvió para aprender de primera mano un montón de cuestiones interesantes. Son mujeres líderes de sus comunidades, para mí atemporales de nuestra historia de las que aprendí muchísimo, sobre todo a través de la música que nos permitió compartir días maravillosos. A través de esta canción intenté hacer la bajada de la historia desde la cosmovisión andina, una mirada que comparto. Lo vivo como una profanación, me parece un horror y ya me parecía antes de conocer el otro lado de la historia.
En las comunidades, sobre todo las mujeres, se expresan muy en contra de este tema, no es una discusión superada. Siguen presentando notas pidiendo que los devuelvan y que si los van a conservar como un hallazgo histórico al menos que los devuelvan a la comunidad. “
–Este tema devino también en un video que recorre festivales nacionales e internacionales ¿no?
– Si, es un gran sueño hecho realidad y allí Mariana tuvo mucho que ver en la producción artística, también intervino Aldana Loiseau con las animaciones en arcilla y en fin, estamos muy contentas con el resultado.
En 2019 sacó su primer disco “Buen Agüero”, un repertorio de estética latinoamericana con impronta andina, en la que se nota toda una travesía con canciones desde Salta, Argentina hasta el norte, con canciones de autores chilenos, peruanos, mexicanos.
Luego, comenzó intensamente su etapa de compositora en la que despliega otra faceta importante “ A mi me sucede que siento la melodía o la escucho dentro mío y necesito bajarla con urgencia al instrumento o la letra “
-¿Cómo es ser música en Salta?
– Mi corta experiencia me indica que ser mujer y hacer música folclórica no tradicional en Salta, es difícil. Lo veo en este tiempo de frecuentar festivales y lugares tradicionales, patriarcales y machistas…si vos no estás vestida de determinada manera o no cantas de una determinada forma no podés participar. Es mi percepción a partir de distintos festivales…a mi me dejan más preguntas que respuestas sobre qué es lo que realmente consideramos como cultura, ¿por qué sólo representaciones de esta salteñidad de la que se habla, de estas estructuras tradicionales, y todo lo demás?
– ¿Por eso integrás MIAS y la comisión de género encima?
– Si, es una hermosa asociación de músicos que funciona en Salta y logramos esta comisión con la que básicamente empezamos apoyando la ley de cupo femenino en los festivales y esta tarea de visibilización del trabajo de las mujeres en la música. Los legisladores de Salta no nos apoyaron, no tuvieron interés en esta ley que realmente es muy importante para las músicas, pero seguimos trabajando intensamente en ello.
(Patricia Patocco)
Escuchá la entrevista completa en el podcast GEMAS, en el Spotify de Vorterix Salta