Víctor Fernández Esteban
GÜEMES, EN PROSA POÉTICA

 

“Bicentenario, digo también Güemes y Belgrano” es una obra editada en plena pandemia del 2020.

Su autor, Víctor Fernández Esteban, escritor y estudioso de la historia ha sabido crear, durante ese año de silencios, una obra que, a manera de prosa poética recorre la vida del General Martín Miguel de Güemes y la entrelaza con la del General Manuel Belgrano, para contarnos la obra de estos dos héroes genuinos.

Escrita en primera persona cuenta de manera sencilla y vertiginosa toda la vida de Güemes y los días de Belgrano en Salta con el acierto además, de la brevedad de una narración de poco más de cincuenta páginas.

Se trata de una obra muy especial, tal vez como es la poesía, que condensa belleza en pocas líneas, tal vez como es la historia, que resume rigor y constatación fehaciente de los hechos.

En suma, una obra exquisita para entender nuestro pasado, muy bien narrada y de excelente factura, en tan solo cincuenta páginas que se leen de un tirón.

Fue escrita para ser leída a viva voz y dice su autor que aún no logra hacerlo, porque se emociona toda vez que lo intenta, así que dialogamos con él, para conocer un poco mas de su pasión histórica y literaria.

 

– ¿Cómo surge este libro poético?

– A comienzos de 2020 estuvo la posibilidad de que se hiciera alguna actividad artística sobre Güemes, aquí en la provincia. Se me ocurrió por una parte que actuara la Sinfónica y se rescataran todas aquellas obras de los músicos de Salta para crear un ambiente para este texto que había pensado como eje central. Escribí alguna idea para trabajar con eso, conversamos con la gente de cultura sobre el tema, pero ya sonaba que teníamos una pandemia en puerta y que iba a resultar difícil movilizar a los músicos y al ballet. Y como me ocurre a diario, de pronto me pasó que no estaba muy convencido de lo que había escrito y pensado, así que di vuelta mi propia página, me senté y escribí de un tirón, de principio a fin este texto. En primera persona.

Es un Güemes que habla con sus soledades, sus compañías, sus nostalgias y deseos.

 

– El libro muestra una capacidad de síntesis increíble donde se mezcla la historia con la poesía…

– Ni siquiera lo pensé deliberadamente, me senté y fue saliendo, fui dándole esa forma de un tirón y me gustó mucho cómo quedó. Luego estuvo la pandemia en acción, hubo un paréntesis donde no se hizo nada…

Y después ocurrió que desde Cultura de la Provincia, me piden que escriba algo porque iban a hacer un video o algo así para el 20 de Junio, Día de la Bandera y se me ocurrió escribir sobre Belgrano en Salta, desde que cruza el río Pasaje o Juramento, la batalla de Salta, sus poquitos días de gobernador de Salta hasta que parte. Lo escribí igual, tratando de pensar en un Belgrano que terminó luchando con Pío Tristán que fue su compañero de cuarto y estudio en España, esta etapa constituida mas por paradojas que por historia…

Decidí publicarlo porque sentía que valía la pena que se difunda.

Siempre me cuesta que lo escrito salga al papel, siempre estoy dándole otra vuelta, pero esta vez noté que lo escrito estaba para ver la luz y me decidí.

 

– ¿Por qué no lo podés leer en voz alta?

– Bueno, hay obras que son para ser leídas en silencio. Este escrito en cambio es para ser leído en voz alta, es un texto así, porque está escrito con la respiración… pero el otro día leía un fragmento de este modo y no puedo terminarlo porque me emociona, me gusta decirlo…

Esencialmente la literatura es contarle al otro, lo que uno cree que determinado hecho, situación o recuerdo han provocado.

 

-Y acá uniste literatura con historia, ¿cómo te acercaste a la figura de Güemes?

– Bueno, formaba parte siempre de las referencias y conversaciones familiares y mientras era estudiante de la facultad, la primera conferencia a la que asistí en el Cabildo fue sobre Güemes, a cargo del Licenciado Luis Colmenares . Allí escuché algo que me impactó de tal manera que desde ahí leí febrilmente sobre Güemes. Luego venir a Salta y descubrir que en nuestra provincia sigue estando presente y encarna todo un sentimiento de la sociedad de buscar ese algo que la identifique y la reconozca a si misma… Recuerdo que la charla hablaba sobre una discusión interesantísima y de gran proyección: una serie de correspondencia entre Mitre y Dalmacio Velez Sarsfield y nada menos que una disputa por nuestro héroe. Era de 1862/64, después de que Mitre publicara su historia de Belgrano que no deja muy bien parada a esta zona del Noroeste y mucho menos a Güemes. Entonces Velez Sarsfield le contesta a Mitre con una dureza, haciendo referencia a toda la obra de Güemes, que excedía muchísimo la función de caudillo.

Me impactó porque Colmenares nos hizo entender que era la primera vez en cuarenta años – tiempo en que hubo un gran silencio sobre Güemes, que estaba fuera del canon de la historia nacional- que se lo rescataba.

A partir de esa conferencia empecé a comprender la dimensión de un héroe que para nosotros, era un personaje de todos los días y fuera de nuestra provincia no.

 

– ¿Cómo fue tu itinerario de lecturas?

– Luego me acerqué a través de la obra de Atilio Cornejo, luego la obra fabulosa que se reeditó de Bernardo Frias- que ahora se puede descargar en la web- la del padre Honorato Pistoia y muchas otras, que comprenden los boletines y artículos del Instituto Güemesiano.

Comprendí las dos dimensiones de Güemes, la importancia en Salta y el desconocimiento a nivel país.

El tuvo esa grandeza siendo muy joven, pensemos que se muere a los 36 años en los que hizo muchísimo: una carrera militar, conocía palmo a palmo la geografía no solo de Salta sino lo que era el Alto Perú, hoy Bolivia. Pasaba sin ningún problema de Anta a la Puna, atravesaba de este a oeste y de norte a sur y mantuvo una actitud ecuánime, calma…pero también era un joven impetuoso y eran tiempos en que cada provincia quería erigirse en rectora de las otras. Algunos autores hablan de anarquía, yo pienso que cada provincia se estaba descubriendo con aquello de que había delegado el poder al rey y el rey ya no estaba. Queda delegado en los hombres de mayo- que tenían aciertos y desaciertos- y de allí vuelve al pueblo y de allí a tratar de reencauzar. Es mucho pedirle a una sociedad que, de 1810 a 1821, trate hacer de todo. Hoy, a nosotros nos cuesta con toda la tecnología. Así que pensemos que en esa época el tiempo tenía otra dimensión y el espacio era mucho mas grande.

Victor Fernández Esteban es escribano de profesión, pero también escritor de dilatada trayectoria, poeta, tiene cantidad de publicaciones de ficción y premios y además, es un amante de la historia y como tal, integra el Instituto Güemesiano.

“Siempre colaboré con las instituciones. Me considero un hombre de la cultura que puede aportar, siempre estuve cerca del instituto güemesiano por mil motivos.

En el año 1971, en 150 años del fallecimientos, todos los pensadores güemesianos convergieron, se desarrollaron grandes conferencias y cerró Luis Colmenares llamándolo “Uno de los padres de la patria”, a mi me pareció profético. Resultado de esto, al año siguiente surge el Instituto Guemesiano con la idea de hacer llegar a todos esta gesta tan importante y un tiempo después la Academia del Instituto, para el estudio y la profundización de su obra.

 

– ¿Güemes es un modelo para Salta?

– Es un modelo nacional a seguir. El desinterés por lo personal, su búsqueda de otorgar igualdad de posibilidades a la sociedad no es menor. Fue un gran logro de él. Al fin y al cabo la guerra que sostiene, la tiene con una parte de soldados pero buena parte de milicianos que eran sus gauchos. Dejaban de atender sus faenas rurales para entrar a formar parte de una avanzada de exploración o sostener guerras de guerrillas. De allí esta figura de fuero gaucho, una solución a un problema, porque no podía un gaucho sostener en igualdad de condiciones su familia, su trabajo si después tenia que cumplir labores guerreras. Entonces se hizo una excepción al pago de sus arriendos y determinados aportes…es una igualdad que no fue mezquina y para todos los estamentos sociales. A los comerciantes se les pedía colaboración e igual al gaucho que no tenía nada y podía poner su tiempo y su esfuerzo. Ese modelo de dar a cada uno lo suyo, es la definición de la justicia. Él lo tenía hecho carne en su acción. Pensemos que fue gobernador de Salta a los treinta años y tenía que atender reclamos de propios y ajenos. No todo el mundo compartía las ideas de libertad. ¡Había muchos sectores de la sociedad que miraban con cariño al antiguo régimen de la corona!

Güemes era un líder y como tal abarca a un amplio espectro de la sociedad, de allí que algunos no compartían su criterio, porque muchos de los generales que entraban y salían de Salta con sus avanzadas en Salta y Jujuy tenían a sus parientes cercanos o políticos en Salta y Jujuy. Una buena cantidad de soldados que integraban batallones españoles eran altoperuanos por eso habían también deserciones de un lado y otro porque era la misma estructura social la que estaba batallando. Los grandes generales sí venían allende los mares pero quienes ponían el pecho a las balas eran de acá y los comerciantes les vendían a las dos partes.

Ese delicado equilibrio que tuvo que mantener Güemes se debió esencialmente a ese principio que tuvo de pensar en la libertad. Se llega bien a 1816, al Congreso porque Güemes había logrado zanjar esa diferencia con Rondeau y pensar en una patria…pero allí le quedó sostener la guerra con mínimos recursos. Güemes utiliza su saber militar y ve que la guerra de recursos era la que mejor podía plantearse, no a campo abierto. Era desgastante, sí, pero el gran conocimiento del terreno y apoyo popular hacen que pueda sobreponerse a la poca colaboración de algunos sectores sociales y de otros gobernadores. Él sostiene con esta guerra la posibilidad de lo que luego hizo San Martín: ir a Chile y llegar hasta Perú.

Por eso su figura es central, por eso Colmenares dijo “Uno de los padres de la patria”, cincuenta años después recién estamos leyendo que se va eliminando esa idea de que Güemes era el caudillo simpático que estaba allá en el norte.

 

“Bicentenario, digo también Güemes y Belgrano “ es el libro. La foto de tapa pertenece a Agustín Fernández Savoy y la edición al sello editorial Artenautas. Se lo encuentra en librerías.

 

(Patricia Patocco/ Fotografía Agustín Fernández Savoy)