Es la directora de la Orquesta Sinfónica de Salta.
Este año, junto al equipo de producción de la orquesta idearon y llevan a la práctica, cada viernes de marzo un concierto dedicado a las mujeres compositoras que confiesa, quiere extenderlo al resto del año. Un campo poco explorado hasta ahora que ella, ha decidido hacerlo conocer con fervor. Está convencida de que es la hora de hacer visibles a muchas compositoras que quedaron relegadas a lo largo de la historia, pero que fueron músicas destacadas de cada época.
Está en el camino de la música desde muy niña, en su tierra natal de la que también dialogó con Artenautas, una tarde luego de las múltiples tareas que realiza y antes de volver a su casa a estudiar un rato más.
En segundos, la cadencia del decir y sus formas amables en la conversación nos trasladan imaginariamente a Matanzas, su ciudad de origen, a solo 100 km de La Habana, Cuba, donde transcurrió su infancia y comenzó su camino en la música con tan solo siete años.
“Tuve excelentes padres que me apoyaron a ciegas y eso que ninguno viene del arte y ellos no tenían idea del camino en el que entraba porque es realmente un sacrificio grande para la persona que se dedica a la música, pero también para los padres que acompañan. Cuba nunca salió de una difícil situación económica pero en los 90 cuando se cayó el campo socialista era durísimo, no había ni una bolsa de arroz para comer, tenías la plata y nada para comprar. En medio de eso que yo me tuviera que ir a la capital a estudiar, ir y volver continuamente y sostenerme así… Se que sin ellos no hubiera llegado sola. Detrás de un artista hay mucha gente que apoya y respalda.”- comienza diciendo.
– ¿Comenzaste a estudiar instrumentos?
– Empecé en violín y piano pero un día me senté a ver un ensayo de quien fue mi maestra Elena Herrera, la directora de la Sinfónica de la Matanza y me di cuenta que no me bastaba con eso. Ese momento de sentir la combinación de colores y sonidos de muchos instrumentos, ese balance me fascinó y quise estudiar dirección de música. Fue difícil pero no paré nunca más hasta llegar a la Universidad donde se estudia Dirección de Orquesta.
Antes, en el pre universitario también cantaba… me parece importante para la formación de un músico el cantar con otros y por fortuna pude hacerlo con maestras fantásticas.
– Qué amplio es el camino musical, ¿no te dio miedo perderte?
-Mira, tiene que pasar tiempo y mucho ejercicio, por eso digo que participar de un coro es importante. La imitación de la voz es lo más fácil y creo que el camino te va guiando, nací en una familia que no tienen nada que ver con la música, pero en la escuela como parte de los programas hay clases de música. A mi me gustó mucho cantar y empecé a hacer talleres con la gran coreuta Josefina Menéndez que primero me asustaba pero cuando ella notó y me dijo que tenía aptitudes, bueno, me animé mucho más y eso me cambió la vida. Hasta ese momento no había pensando que podía hacer música y dedicarme a esto como algo real, no tenía cómo verlo.
Ahí vemos la importancia de los buenos maestros y los buenos programas escolares que incluyan la música. Para un niño en la formación de su personal es importante, los vincula entre ellos, les enseña a compartir, a cantar con otros.
Cuando entré a una escuela de música supe que quería ser maestra de música.
Allá es una prueba de aptitud, con por ejemplo diez vacantes para violín. Es gratis pero es fuerte la competencia y eso te hace madurar rápidamente el juicio, da rápido la responsabilidad de saber que si quieres eso, te tienes que dedicar. A mi se me abrió un mundo nuevo. Fue un camino espinoso, claro, a veces es duro para la niñez pero me ayudó mucho a delimitar qué deseo y qué no.
– ¿En qué circunstancias llegaste a Salta?
– Fue en el 2008, estaba el maestro Luis Gorelik. Yo lo había conocido en un curso en Cuba, luego en un curso en Chile y me comentó de la orquesta sinfónica de Salta que estaba por concursar para violín. Mi esposo es violinista y quedó y allí me propusieron trabajar como suplente en la Orquesta Juvenil, luego vino el concurso donde quedó Roel que se fue antes de terminar su contrato, asumió Jorge Lehz y así me propusieron quedar como asistente de la orquesta. Se hizo el concurso y ese interinato quedó establecido.
Por esa época estaba embarazada y luego de los primeros meses en reposo pude volver. No te puedo relatar la experiencia increíble que fue poder dirigir a los 8 meses de embarazo, marcar el ritmo exterior y a la vez sentir otro ritmo interior es fantástico. Cuando nació, escogí para el parto el movimiento lento de la sinfonía 2 de Rachmaninoff, me parece que cuando uno viene al mundo debe ser traumático, así que quería que ese momento del nacer quedara en el subconsciente de ella como algo bonito, ya la vida da muchos momentos duros.
Me fui de mi país porque necesitaba hacer un crecimiento musical, a veces los inconvenientes económicos te limitan, para mi era muy importante así que en el curso de dirección en Salta se proponían hacer repertorio del siglo XX y me interesó muchísimo así que sentí que era el momento de avanzar, necesitaba un crecimiento que en mi esfera no se daba. En la música popular en Cuba no pasa eso, pero en la clásica si, había llegado al límite de lo que podía hacer en ese entonces, pese a que estuve seis años en esa orquesta, a la que sigo sintiendo mi orquesta.
Me sorprendió mucho la apertura de la gente en Salta, había estado antes en Chile y México y te miraban raro…ahora que hay más inmigración es distinto. Empezando que el clima me encantó y la gente fue muy solidaria, nos buscaron donde quedarnos, compartimos un alquiler. Recuerdo mis primeros tiempos en Salta, toda esa época con mucho cariño . Sentí que era el lugar donde queríamos estar.
La disciplina respetuosa, la fuerza y la calidez que impone en los conciertos, despierta entre los concurrentes gran simpatía. Es que Yeni es una mujer sensible con la capacidad de mezclar en la charla así como en un concierto aspectos de su vida, impresiones, sensaciones, con la misma capacidad y fluidez con que delimita los campos del saber musical.
– ¿Son pocas las mujeres directoras de orquesta?
– Sí, en Europa también cuesta encontrar directoras de orquesta, sigue siendo algo esporádico encontrar una mujer al frente de una orquesta importante.
Creo que la mujer llegó en forma tardía en la historia a las esferas sociales, primero fue la familia, el hogar. Luego llegó primero a través de la docencia. Cuando empezaron las orquestas estaban íntegramente formadas por hombres, costó mucho que se aceptaran a mujeres dirigiendo. En Cuba eso no se daba así, al menos en la época en que me tocó estudiar, sucede al revés. Hoy muchas mas mujeres que se forman como directoras que hombres. Yo fui la directora en Matanzas. En cambio la sinfónica nacional está dirigida por un maestro Enrique Pérez Mesa pero nunca se ha cuestionado el rol de la mujer en el liderazgo.
– ¿Cuáles son tus virtudes a la hora de dirigir?
– No soy yo quien puede explicarr como soy en mi trabajo. Si te puedo decir cómo me gusta enfocar. Para mi la imagen del director no debe ser solo la de la persona que decide. La parte humana es fundamental. La figura del director tiene que ser el resultado de la comunicación con el músico, con el respeto hacia las personas y a la música porque como intérprete, hay que desarrollar y trabajar en la personalidad del autor . Me considero apasionada, no puedo hacer cosas que no me gustan. Me gusta mucho la comunicación visual con mis músicos. Tengo que mirar, generar el vínculo con ellos sino me siento sola, ellos son profesionales y tienen propuestas musicales que hay que tener en cuenta.
– ¿Cómo se armó el programa?
– Tenemos un equipo de trabajo formidable por suerte, porque hay que revisar muchísimas cuestiones: distancias, niveles, espacios, diseños, afiches y demás.
La elección de las compositoras si las hice yo porque la historia recoge la música de los varones, los compositores editados en gran parte son hombres y desconocemos muchísimo de las mujeres que también dejaron obras escritas.
La mujer ocupó sus espacios, por ejemplo Fanny Mendelssohn o Clara Wieck fueron muy reconocida en su tiempo pero lamentablemente la historia no las contempló, solo la rescata como la esposa de Schumann y perdió de vista su obra.
Por ejemplo también Emilie Mayer, una compositora del romanticismo que tiene un lenguaje exquisito de contenido programático sinfónico…pero hoy es muy difícil acceder a su obra, porque están grabadas pero no están de dominio público, como no la editaron en su tiempo, solo se tocaba con los originales. Hay mucho de eso.
– Qué diferente tu mirada…
– Quienes estamos a cargo de elegir repertorios tenemos la obligación de hacer estas búsquedas y contemplar esta parte de la historia. Tenemos que poner en los oídos lo que también sucedió, lo que se escuchó porque ya tenemos muchas versiones de la 5º sinfonía de Beethoven
Pérez Reverte dice que estamos en un momento de la historia de la literatura muy especial porque ya se abordó lo máximo de expresión y desarrollo, lo que falta contemplar es la literatura que quedó silenciada que son las voces femeninas.
Es mostrar la obra de varias mujeres cuyas obras quedaron invisibilizadas como Emily Meyer, también de compositoras de la actualidad como Claudia Montero, una compositora actual que falleció el mes pasado y tuvo cuatro premios Grammy latinos. No se puede desconocer a músicas con un reconocimiento tan grande.
Una música mexicana muy laureada Gina Enríquez, con una obra para cuerdas. El 19 estrenamos la obra de una argentina Amanda Guerreño, y para el último – día 26- hacemos un homenaje al aniversario del fallecimiento de la Kuky Herrán. También convocamos a músicas locales, intérpretes solistas para que nos acompañen. Silvia Katz nos cedió una imagen suya para el afiche. De eso se trató este mes de marzo musical, de visibilizar la actividad de la mujer en la música y en el arte.
– ¿Qué programación tenés prevista para el año?
– Es un año muy importante para la orquesta que cumple su primeros veinte años. Queremos contemplar un vínculo con el público para que nos sugieran compositores que deseen escuchar, dados este importante aniversario de la orquesta. Queremos homenajear al tango, a Piazzola. Hay varios proyectos pero es bastante difícil programar por la cuestión sanitaria.
-¿Qué sueños tenés?
– No tengo un sueño, un proyecto en especial. Yo trabajo mucho cada día, a mi me gusta hacer, hoy mi proyecto es aportar un nuevo repertorio a la orquesta y que tenga un nuevo crecimiento. Mañana no se, me encanta la docencia, tuve muchos docentes excelentes y creo que tengo que devolver algo de lo mucho que aprendí . Las nuevas generaciones vienen con una gran información visual pero les falta formación de experiencia y un maestro es muy importante, pero no porque te diga lo que tenés que hacer sino porque te muestra en la práctica lo que verdaderamente funciona.
La inversión en la cultura es inversión para la sociedad y su educación . La situación económica se puede a veces revertir en dos o tres años, peor el daño cultural que se crea en la sociedad demanda dos o tres generaciones. Nosotros vamos a otros países Europa, Estados Unidos… a admirar su riqueza cultural que está tan ligado al turismo. Pienso que debemos trabajar mucho en esos temas aquí, no dejarlos en suspenso.
– ¿Volverías a tu tierra?
– Vuelvo cada tanto pero ahora cuando vuelvo a mi país, al que amo, siento que estoy de visita. Cuba es mi familia, mi historia, mi niñez, me encantaría volver a hacer conciertos pero mi hogar hoy está acá. Son 13 años ya y siento que Salta es mi casa.
Entrevista Patricia Patocco
Fotografía Pablo Karanicolas