Por Agustín Usandivaras (h)
Como artista siempre estará presente en la mente de todos los salteños. Sus dibujos y pinturas lo hacen inmortal. Siempre que nos encontremos ante una obra suya, el estará presente y nos estará marcando muchas cosas. Seguramente a cada uno de nosotros, sus trabajos nos dirán algo en particular.
Por su vasta temática nos lleva, entre otras cosas, a la música y a sus intérpretes, al salteño transportado a Buenos Aires, a los políticos y sus vanidades, a los referentes que marcaron nuestra historia, etc., etc.
Recuerdo al Alberto nacido en Salta, que pasó parte de su infancia en Rosario de la Frontera y que comenzó sus primeros andares en la pintura con mucha timidez y discreción. Casi de incógnito, pero sabiendo rodearse de amigos, de artistas que lo acompañaron en sus primeros pasos. Era esencialmente amiguero.
Su aparente timidez o introversión estaba dirigida a su único pensamiento que era la belleza: él era un creador, un creador que en Salta comenzó a dar sus primeros pasos y esos primeros pasos fueron muy importantes para cuando él decidió trasladarse a Buenos Aires a trabajar y nada menos que en un banco, que, aunque parezca extraño, este banco seguramente le sirvió de inspiración para sus series de cuadros relacionados con los temas del dinero y en particular del dólar, que tanto impactaron en su público.
Autodidacta. Transita por el mundo del dibujo de manera magistral, intuitivamente, logrando una perfección tal, que gana el Gran Premio Adquisición Presidente de la Nación Argentina del XXXIV Salón Nacional de Dibujo y Grabado. Produciendo la mejor de las impresiones en los que recorrieron la Exposición.
Desde Buenos Aires, Alberto, no solo añoraba Salta, sino que muchos personajes que conoció y lo marcaron, sirvieron al artista para inmortalizarlos en sus trabajos, como por ejemplo: el Gancho Alvarado, la Rusa María y sus pupilas, el popular y querido opa y tantos otros. Salta lo marco a fuego y lo transmitió en su pintura reflejando personajes como el Pater Familiae, las Prostitutas, la destacada figura de la mujer de clase acomodada, entre otras.
Siempre se pudo apreciar su vinculación estrecha, aunque no ritualista con la tradición religiosa y por demás está decirlo las restantes que identifican a los salteños.
La vida de Alberto tuvo sus momentos de alegrías y de tristezas, de luces y de sombras y todo esto se refleja en la temática de sus trabajos.
En la exposición que realizara en Santiago del Estero, invitado por la encargada de la cultura de esa ciudad, se notaba el apego que tenia con cada trabajo que había realizado y evidentemente sufría o se entristecía al desprenderse de las obras que los asistentes iban adquiriendo.
Solía decir que tenía un vínculo paterno filial con las mismas.
Alberto estaba convencido que los clásicos tenían razón cuando expresaban que la belleza era un placer estético puro y desinteresado, que necesitaba ser compartido.
El querido y querible Fiaca, fue un hombre austero, de pocas palabras y de gran emoción cuando se producía el encuentro con el amigo, que no podía pasar desapercibida en su sonrisa.
Muchos de sus cuadros fueron la voz de los que no tienen voz. Al mirar los cuadros referidos al dólar y a un singular estilo de mujer, podemos apreciar que lo que podría ser el placer de poseerlo, se opaca entre el sufrimiento moral y la utilización del vil metal.
Sus obras, preñadas de sociología, de hábitos y costumbres ancestrales, reflejan su particular manera de ver cada una de las mismas y por otro lado la técnica y originalidad llaman la atención por los símbolos que emplea y hacen que sea el Klix que no solo los amigos conocimos, sino también el gran público.
Alberto fue una persona tanto en lo social como en lo artístico de una gran prudencia y de una gran discreción.
No hizo ruido en todos los actos de su vida, fue tan silencioso y tan prudente, para vivir como para partir.
Quisiera agradecer profundamente la confianza que depositara su mujer Alicia Palópoli y la familia Klix en mi persona. Me siento honrado y también emocionado de esta distinción de presentar, no solo al artista, sino al amigo Alberto Klix, que hace tan poco partiera de este mundo.
(Discurso pronunciado en la apertura de la muestra de Alberto Klix en el Museo de Bellas Artes de Salta, en mayo de 2022, exposición que puede verse hasta fines de junio)