BELLONE “LOS CAMINOS DE LA ESCRITURA SON MISTERIOSOS, PERO NO CASUALES”

En el próximo mes de junio, la autora salteña Liliana Bellone viajará a Italia a presentar su tercer libro editado allá. Se trata, en esta oportunidad de “Sulle Tracce de Elena”, publicado por OEDIPS Editoria, Milán, Salerno, 2018, que es la traducción de “En busca de Elena”, de editorial Nueva Generación, Buenos Aires 2017)
Bellone, multi premiada autora de una prolífica obra, tanto en prosa como en poesía, se convierte de este modo en la única escritora salteña editada y traducida tres veces en Europa.
Dialogamos con ella sobre las características de esta edición.
-¿Cómo surge este libro, quien es Elena?
– Cuando en 2014 fui a Capri para presentar mi novela “Eva Perón, alieva di Nervo”, traducción italiana de “Eva Perón alumna de Nervo”, que el Congreso de la Nación publicara en 2010, me hablaron de la fotógrafa argentina Elena Hosmann Frers (Buenos Aires, 1887-EEUU, 1966) esposa del ingeniero y escritor caprense Edwin Cerio, que hospedara a Pablo Neruda y a Matilde Urrutia en 1952 ( episodio que sirve de trama al film “El cartero” -“Il postino”, basado en la novela “Ardiente paciencia” de Skármeta). La familia Cerio es una de las más antiguas e importantes de Capri y ha donado muchos de los terrenos donde se construyeron los bellos espacios turísticos que hicieron famosa a esa isla del Tirreno. La hija de Elena Hosmann y Edwin Cerio es la condesa Letizia Cerio de Álvarez de Toledo, que vivió en Buenos Aires y fue amiga de Borges, quien le dedicara un poema (“La noche que en el sur lo velaron” en el libro “Cuaderno San Martin” de 1925) . También al final de “La biblioteca de Babel”, Borges alude a Letizia en una nota de pie de página. En Italia se conoce muy bien la historia de Elena Hosmann, pero poco se sabe de su vida en la Argentina. Elena perteneció a una tradicional familia de Buenos Aires y se dedicó a la fotografía y al periodismo. La gente del Centro Cultural de Capri donde estuvieron Marguerite Yourcenar y Neruda, me pidieron que investigara sobre ella. Y qué sorpresa!! Descubro que Elena estuvo en Tucumán, en los Valles Calchaquíes, en Bolivia y en el Perú, que estuvo en la Universidad Nacional de Tucumán y que dio cursos allí. Llegó a Tucumán con Isabel Aretz-Thiele, la reconocida musicóloga. Isabel recolectaba música y letras del cancionero tradicional norteño y Elena tenía a su cargo la documentación fotográfica. La Universidad Nacional de Tucumán publicó en 1946 el monumental libro “Música tradicional argentina” de Isabel Aretz Thiele y Elena Hosmann, un texto fundamental en los estudios folklóricos. Elena era también una enamorada de la geología y el folklore. Escribió artículos en el diario La Prensa sobre las tradiciones norteñas, como el carnaval, textos luego muy valorados por estudiosos como Augusto Raúl Cortazar, sobre las lagunas de altura (descubrió un lago, “Ojo de mar” , en Colalao del Valle). En la ciudad de Tucumán alternó con los poetas y artistas de la llamada generación del 40 (Raúl Galán, Manuel J. Castilla, Sara San Martín, Néstor Saavedra, Carybé y Gertrude Chale), quienes volvían su mirada sobre el hombre y el paisaje, desde una visión universal que se alejaba del pintoresquismo regionalista. Sus libros son muy reconocidos. El más famoso, editado por Peuser en 1945 posee fotos de Perú y Bolivia y es considerado como uno de los testimonios fotográficos más valiosos en el estudio de las culturas andinas.
Entonces surgió la historia, entre la biografía y la ficción, contada desde tres voces: el poeta (Raúl Aráoz Anzoátegui), el novelista ( Néstor Saavedra) y un arqueólogo. También debo recordar que el nombre Elena se repite en varios de mis libros- En “Augustus”, Elena Campassi es la narradora-protagonista de la historia, llamada así por la Elena griega y por Santa Elena, cuya fiesta se celebra el 18 de agosto (Elena Hosmann nació un 18 de agosto y Balzac, intertextualizado constantemente en “Augustus” murió un 18 de agosto ), en mi segunda novela, ” Fragmentos de siglo”, que también fue traducida y publicada en Italia, uno de los personajes es Hélène, reminiscencia de la Hélène de Ronsard. Diálogo de textos, encuentro de fantasmas…
– ¿La obra está integrada por cuentos?
– Así es, pero el relato principal es “En busca de Elena”. La traducción es “Sulle tracce di Elena”, título del libro en italiano; significa sobre las huellas de Elena, y remite a lo arqueológico sin duda, al descubrimiento de algo olvidado o escondido, como señala Freud en “El delirio y los sueños en la Gradiva de Jensen” donde la relación identidad- arqueología es manifiesta: recuerdos encubridores, ensoñaciones, fantasías conforman las capas que cubren de olvido una verdad subjetiva, como en las ruinas que aguardan ser desenterradas.
– ¿Es en definitiva, una obra sobre identidades?
– Identidades o Literatura del yo. Escritura de escritura, palimpsesto, polifonía, autorreferencialidad, como señala Fernanda Elisa Bravo Herrera en su trabajo sobre este libro en Cuadernos del Hipogrifo de Roma .
-¿Cómo te contactan desde la editorial italiana para su publicación?
– Oèdipus publicó ya otros dos libros míos; las novelas “Eva Perón, allieva di Nervo” (2014) y “Frammenti di un sécolo” (2016), traducciones de ” Eva Perón, alumna de Nervo” (2010) y” Fragmentos de siglo” (1999), en la colección “Al sud del Río Grande” que dirige la hispanista Rosa María Grillo de la Universidad de Salerno y que edita a escritores latinoamericanos desde México a Tierra del Fuego.
Críticos argentinos y cubanos hablaron en Italia de mi obra en congresos y universidades. Sin duda el Premio Casa de las Américas que obtuve en 1993 por mi novela “Augustus” fue muy determinante. El tema de la inmigración italiana en la Argentina que aparece allí interesó. “Sulle tracce di Elena” es, como dije, mi tercer libro editado en Italia. La recepción ha sido importante. La distribución de Mondadori y La Feltrinelli también contribuyó. La crítica académica contribuyó también a difundir mi obra en América Latina y en Europa. Colaboré y colaboro en la Revista Cada de las Américas de Cuba. Los libros editados en Italia se presentaron en las Universidades de Venecia, Roma Tre, Salerno, Milán, Calabria, Viterbo y Nápoles. La distribución en Mondadori y La Feltrinelli y la que hace la Casa de las Américas de Cuba (que publicó mi novela “Augustus”en 1993) de sus libros premiados en centros culturales y de estudio, bibliotecas y universidades de todo el mundo promueven la visibilización de los escritores que vivimos en los márgenes.
La presentación de “Frammenti di un sécolo”, fue parte del homenaje al profesor Carlos Rafael Giordano en la Universidad de Calabria, donde este ilustre crítico argentino, que debió exiliarse a causa del golpe del 76, dio clases durante 25 años. Hay tesis de posgrado sobre esta novela . También en la Argentina la crítica académica me ha favorecido.
En realidad la recepción de una obra obedece a un entramado de lecturas, críticos y académicos, además de los editores que atienden muy bien estás coordenadas. Hay tesis y trabajos sobre estas novelas de posgrado, artículos y crítica sobre estas novelas en Italia.
Pienso que aquello del “lector modelo” de Eco se cumple. Cada texto encuentra sus lectores, a veces cercanos, a veces lejanos, a veces en otros países, que entrecruzan su recepción en esa compleja realidad que es la literatura.
– ¿Vas a ir a presentarlo?
– En junio viajaré a Italia nuevamente para presentar este libro que surgió como una solicitud, como un pedido y que me llevó a encontrar algo de lo que ya había escrito.
Los caminos de la escritura son misteriosos pero no casuales. Y la recepción lectora también. Me encontraré con lectores, críticos y sobre todo con buenos amigos.